El UCAM Murcia se consolida en el liderato tras ganar a La Hoya Lorca por cero a uno, rompiendo así la condición de invicto de los hoyeros en su campo. Los lorquinos dispusieron de las mejores ocasiones, pero el tanto del exhoyero Pallarés fue suficiente para ganar de forma inmerecida, ya que los de Salmerón hicieron poco más. Duelo de técnicos con un miedo atroz a perder. La Hoya Lorca jugó con un hombre más, durante cuarenta minutos.

El ambiente que se veía en los aledaños del estadio Artés Carrasco era sinónimo de que algo importante iba a pasar en el recinto lorquino. Una vez dentro se confirmaban los presagios tanto en la grada como en el palco, ya que este estuvo repleto de autoridades locales, regionales y el sequito chino encabezado por Gembao Xu. La mascota del brócoli mecánico, ´brocolito´, apareció por vez primera esta temporada.

La expectación creada en torno al partido, la buena climatología y la ausencia de partidos importantes de Primera División en la tele, permitieron que se viera un gran ambiente en las gradas del Artés Carrasco donde el centenar de aficionados del UCAM se dejaron notar. El césped, recién resembrado, no era excusa para nadie pese a que estaba un poco alto.

En lo deportivo, el técnico local Paco García fracasó con su atrevimiento de colocar a un casi inédito Grego Sierra en el centro de la defensa en lugar del sancionado Antonio López. El chaval estuvo hecho un flan y mucho más con quien tenía delante, el exhoyero Pallarés, que campó a sus anchas. García hizo un flaco favor a su equipo con esa decisión. El entrenador murciano de la Hoya Lorca quiso velocidad en lugar de músculo, con Rubén Martínez en la media punta y Carlos Martínez como hombre más adelantado. La adelantada defensa visitante permitía llegadas muy peligrosas de los Martínez sobre todo cuando Pardo enviaba balones letales a la espalda de la zaga universitaria.

Por su parte, Salmerón ordenó a Fall que se emparejara a Pardo, cuando este traspasara la línea del medio campo. El sistema era casi idéntico de los dos equipos, pero el UCAM acumulaba muchos hombres por detrás del balón. Una defensa de hasta cinco hombres a veces, y otros tantos en pocos metros, por delante. Arriba, Pallarés jugaba su particular partido, rematando lo poco que le llegaba.

Lo que transmitían ambos equipos es que ninguno de los dos técnicos planteó el encuentro dando prioridad a la victoria. Demasiado miedo.

La Hoya Lorca salió con mas ímpetu, moviendo mejor el balón, llegando con criterio a las inmediaciones de Escalona, pero la primera llegada del UCAM pudo acabar en gol sobre todo por la fragilidad defensiva local. En el minuto siete, Mario Ramón se despista en el despeje y Pallarés a punto estuvo de marcar. Dos minutos después, Pallarés recibe un buen pase de Jesús Rubio, se acomoda el cuero a a su derecha y ante la parsimonia de Grego Sierra, disparó cruzado batiendo a Salcedo. Cumplió su promesa y no quiso celebrar el tanto.

La Hoya Lorca tenía más el balón, pero el sistema táctico de contención de Salmerón impedía cualquier incursión. Solo Rubén Martínez exigía a la defensa visitante cuando recibía el balón. Lo tenían que frenar con muchas faltas. Una de ellas, cerca del borde del área, fue lanzada por Roberto Alarcón pero el esférico salió lamiendo el poste izquierdo de Escalona. Fue en el minuto treinta y ocho.

Cerca del descanso, un centro de Alcántara fue cabeceado de forma inverosímil, casi a ras de suelo, por Rubén Martínez, pero el balón se paseó por las inmediaciones de Escalona, dentro del área pequeña.

Al descanso se llegó con victoria mínima visitante merced al buen gol de Pallarés, pero con la valiosa colaboración de los centrales lorquinistas. La Hoya Lorca jugó mejor, pero el UCAM estuvo más ordenado.

La segunda parte empezó meteórica. A los cuatro minutos, Poley sacó un disparo raso desde lejos al que Escalona respondió repeliendo a córner. El saque de esquina lo rechaza en corto la defensa y Pardo desde fuera del área lanzó un voleón al larguero.

A los cinco minutos, Jesús Rubio realiza una falta absurda en el centro del campo y le valió la expulsión, ya que era la segunda amarilla. La Hoya Lorca tenía por delante cuarenta minutos con un hombre más.

A partir de ahí, Salmerón, que ya de por sí no es un alarde de juego ofensivo, ordenó a su equipo que se metiera más atrás si cabe. Paco García movió el banquillo, pero sus jugadores no supieron jugar con superioridad pero merecieron cuando menos empatar ya que crearon varias ocasiones muy claras.

La Hoya dominó, pero como pollo sin cabeza. Pudo marcar Gassama en el ochenta, pero cabeceó inocente al centro cuando estaba solo. Pudo dar la sentencia Góngora, dos minutos después, pero el esférico se paseo por línea de gol sin que nadie llegara.

Pardo, el mejor hombre sobre el campo, también dispuso de otra clara ocasión en el noventa, pero su cabezazo picado salió fuera por poco.

Al final, ganó el equipo que menos fútbol hizo y que menos ocasiones tuvo, pero que mejor supo gestionar el juego en los momentos difíciles. Un triunfo que permite al UCAM Murcia mantener el liderato.