Imaginen la escena del espejo mágico del cuento de Blancanieves. Y piensen en un aficionado murcianista cualquiera, analizando durante el verano la planificación de su equipo y preguntándose «quién es entre todos los jugadores de este reino el más hermoso». La respuesta, independientemente de las veces que se intentara, nunca era la esperada. El nombre de Javi Flores, un futbolista que había dejado de vestir de grana, se repetía constantemente en el subconsciente de unos y otros. Pero, desde hace ya unas cuantas semanas, al igual que en la historia de los hermanos Grimm a la que dio vida Disney la Bruja del cuento es superada en belleza por la joven Blancanieves, en el Real Murcia un príncipe llamado Alejandro Chavero ha borrado de un plumazo la imagen del andaluz para pasar a ser el protagonista principal del espejo de José Manuel Aira y de toda Nueva Condomina.

Ayer, como ocurriese en el pasado choque en casa ante el Almería B, el catalán volvió a ser el gran protagonista de un triunfo en el que el Real Murcia, pese a ser incapaz de mantener la regularidad en su juego y de dar sensación de poderío y de mando, sobrevivió más que nunca por las grandes alternativas en ataque que ofrecen sus jugadores de más calidad. También ayudó la fragilidad en defensa y la inocencia arriba de un Jumilla que, pese a querer el balón y a no tener miedo a combinar y a llevar la manija en el centro del campo, vio como en el minuto 9 todos los planes semanales realizados por Josico, su nuevo técnico, se iban al traste.

Todas las hojas de la libreta del entrenador de Isso pasaron a mejor vida cuando Alejandro Chavero cogía el balón, en esta ocasión con las manos y no con los pies, para ponerlo en el punto de penalti y empezar a soñar cosas bonitas. Como seguro que cualquiera de sus hijos hace en el cole, el catalán seleccionó los lapices de colores y dibujó una preciosa definición para dejar con la boca abierta a los presentes y a los que seguro que seguían el partido por la televisión. Un gol a lo Panenka que hasta que no tocó la red parecía ir a cámara super lenta, obligando a más de uno a contener la respiración.

Era el regalo de un jugador bello en el campo, pero sobre todo de un futbolista que se siente bello con la elástica grana. Una pieza básica en el esquema de José Manuel Aira, el alma de un equipo que debe crecer a partir de las enormes cualidades del catalán, al que da gusto verle definir desde el punto de penalti, pero que también sorprende presionando una salida de balón del contrario cuando el minuto 74 corre en el marcador y el 2-0 ya está seguro en el electrónico.

Una cabezonería que también se ve en Fran Moreno, que en el 17 pudo complicar aún más las cosas al Jumilla si el palo no se hubiese cruzado en un disparo que se sacó de la nada al meter la pierna y sorprender a Seral, quien esperaba que el esférico llegase a sus manos. E incluso en Carlos Álvarez, que ayer vio como los aficionados no solo le despedían con un aplauso por su pelea sino también por el gol que logró ya en la segunda parte. Un tanto que subirá al casillero del asturiano, pero que un buen porcentaje también pertenece a Fran Moreno.

Sin embargo, mientras que los goles apenas duran unos segundos -siempre nos queda la repetición de la jugada-, los partidos se alargan hasta los noventa, periodos que en Nueva Condomina incluso parecen el doble. Y es que al Real Murcia, independientemente del rival que tenga enfrente, le cuesta un mundo. Y con Armando en el terreno de juego todavía más. El murciano, ayer de vuelta a la titularidad tras la lesión de Sergi Guilló, se muestra aislado, como el que quiere gritar, pero no le sale la voz.

Su espacio de movimiento es tan pequeño, que a su lado Chavero es enorme. Es tanta la distancia entre las líneas, que también el Jumilla se permitió disputarle la posesión del balón a los granas. Pero mientras que los jumillanos no creaban ningún peligro arriba, donde Vega y Perona pasaron completamente desapercibidos para tranquilidad de Fernando, que vivió su choque más plácido; los murcianistas mordían cada vez que conseguían saltar las aguas movedizas del centro del campo para pisar el área.

Allí tanto Germán como Fran Moreno no tienen problemas en cuidar el balón, tampoco Isi o Arturo cuando saltaron en la segunda parte. El de Abarán incluso se permitió el lujo de demostrarle a su compañero Armando lo fácil que es dejarse notar en el medio.

Para lujos el que se guardaba Isi bajo la manga. El ciezano se reservó el postre o, mejor, el último baile de la tarde. Pero no crean que lo hizo a ritmo de rap. Todo lo contrario. El canterano nos sorprendió a todos con una balada romántica, cuyas notas acompasaban un golpeo cariñoso y tierno al balón, como una caricia de un padre a un hijo, como un beso de buenas noches. Y al esférico no le quedó otra que agradecer el mimo de la mejor forma posible, con un recorrido rítmico y armonioso que entró por toda la escuadra para sentenciar una victoria que permite a los granas dormir como líderes a falta de lo que hoy haga el UCAM ante La Hoya.

Por ahora, tanto el espejito mágico de Nueva Condomina como José Manuel Aira tienen claro quién es el más guapo del reino grana, pero que nadie se despiste, porque un ciezano joven y atrevido está dispuesto a presentar batalla.