¿Ha cambiado mucho la preparación esta temporada?

He hecho prácticamente lo mismo. Estuve diez días en Sierra Nevada y después casi cinco semanas en Font Romeu. La única variación es que al ser la competición en Pekín y tener que adaptarme al jet lag, he terminado la preparación en Barcelona -hoy viaja a Pekín-. A mí me gusta competir nada más bajar de la concentración, pero en este caso no lo puedo hacer por el viaje. Por ello he realizado una semana de readaptación en el CAR de Sant Cugat, que también me viene bien para adaptarme a la humedad y el calor que me voy a encontrar.

¿Tiene claras qué condiciones se va a encontrar en este época?

He mirado el tiempo y el calor es parecido al que tenemos en España, pero la humedad es muy alta, del 60 y 70%, de ahí no baja. Pero el hándicap de Pekín es la polución, que está todo el día el cielo cubierto, y hace que la sensación sea mucho más agobiante. Pero los chinos son unos figuras y de repente hacen que llueva y se despeja el ambiente de cara al campeonato. La contaminación se nota mucho a la hora de entrenar estos días allí, y la competición es más cargante, más molesta.

El año hasta el momento ha sido magnífico, pero usted es inconformista. ¿Le ha faltado algo?

Hasta ahora no me ha faltado nada, ha ido todo sobre ruedas y espero terminarlo mejor aún ahora que llega el objetivo principal e importante. Llevo un año muy bueno en general y especial, sobre todo ganar la Copa de Europa, que se celebró en Murcia. Me encuentro bien, mejor que nunca, y a ver si puedo rematar en Pekín.

¿Tiene mejores sensaciones que cuando el año pasado ganó el oro en el Europeo, se siente un atleta más maduro?

Eso sin duda, tengo un año más de experiencia, pero las sensaciones son diferentes a las del año pasado, que fue más difícil, me costó más entrenar porque sufrí un parón en el invierno, pero este año ha ido todo muy bien, afortunadamente no me he lesionado, estoy sano y he podido entrenar mejor. Las sensaciones son mejores, pero nunca se sabe, esto es deporte y a veces no salen las cosas como las planificas, pero preparado voy y los entrenamientos y las sensaciones son inmejorables.

Pero la presión es mayor cada año que pasa. ¿Cómo la lleva?

Es curioso porque sí que pensé que la presión me iba a afectar mucho más, sobre todo después de proclamarme campeón de Europa, pero vamos, todo lo contrario. La presión fundamental es la que tú te pones, pero uno es quien mejor se conoce, sabe lo que trabaja, y la presión me la tomo de forma positiva porque no hay mejor presión que saber que cuentan contigo para las medallas. Eso quiere decir que estoy ahí y positivo si lo sabes llevar y haces tu trabajo.

En su carrera deportiva, ¿cuándo dio el salto psicológico, porque antes le costaba responder en la alta competición?

Realmente fue a partir de los Juegos Olímpicos de 2012. Antes había hecho cosas buenas de júnior y promesa, pero sufrí una lesión en 2010 y me costó un par de años adaptarme a la categoría senior. Pero a raíz de los Juegos he sido muy regular todos estos años, psicológicamente muy fuerte, fue un cambio de mentalidad, un cambio de chip, hice de mi punto débil, entre comillas, porque solo era una cuestión mejorable, uno de los puntos fuertes. Cada vez disfruto más, soy más consciente de que voy cumpliendo años, que las oportunidades son las que son y que son únicas. Me encuentro bien y tengo que intentar aprovechar el momento. Sé lo que cuesta llegar hasta aquí, lo que hay que entrenar, y al final estoy aquí porque me gusta.

¿Nota que está en el momento más dulce de su vida?

Cuando los resultados son buenos todo es más llevadero, y conforme vas creciendo, vas ambicionando cotas mayores. El problema llega cuando los resultados no acompañan, que te vienes un poco abajo. En mi caso he tenido de las dos cosas, ahora mismo me están yendo todo muy bien, pero también he tenido otros momentos en los que no ha sido así. Pese a ello, he continuado entrenando como ahora y ambicionando que todo saliera mejor para llegar donde estoy. La exigencia de estar con los mejores es muy alta, somos humanos y es algo que desgasta. Somos personas y, como a todos, estar a un alto nivel en cualquier faceta de la vida es muy difícil; lógicamente siempre hay un bajón que es natural y normal, pero hay que intentar es que sea los menos posible y de tratar de llevar bien.

¿Se ha guardado algo este año pensando en los Juegos Olímpicos de Río?

Sí que es cierto que este año han salido las cosas muy bien y realmente no hemos preparado ciertas competiciones. Por ejemplo, a la Copa de Europa llegué bien, pero no la preparamos exclusivamente, solo le di un poco de mimo por ser en Murcia, pero en ningún momento al cien por cien. Este año he sido regular en los entrenamientos, he fallado muy poco, pero sí es cierto que no me he machacado tanto. Sí que tengo que estar bien porque es un año preolímpico, y todos sabemos que si estamos ahí, el año que viene puede ser parecido.

¿Tiene ya dibujada en su mente la carrera del domingo?

Salvo que se den condiciones de mucha humedad y la gente se controle más por ello, será una carrera rápida. Los chinos están muy fuertes y motivados por competir en casa, pero los japoneses también. Yo creo que el japonés que batió el récord del mundo este año, Yusuke Suzuki, que ya salía como un kamikaze, creo que también intentará alguna de esas locuras, pero como siempre, la carrera se decidirá en los últimos cinco o seis kilómetros. A partir del diez se hará la selección, y los últimos cinco serán los que decidan las medallas. No creo que alguien arriesgue demasiado si tenemos condiciones de humedad, pero lo lógico es que al final quede un grupo de diez.

¿Se ve con una medalla?

Nunca se sabe, yo no sé decir sí o no, pero he entrenado para ello y luego veremos lo que ocurre. La competición pone a cada uno en su sitio, me he preparado lo mejor posible y tengo la confianza necesaria para estar ahí. Espero que en el día D y la hora H esté fino y concentrado para buscar esa medalla.

¿Qué supondría una medalla en el Mundial?

Sería poner un broche muy bueno a este año, el mejor de mi carrera, y sobre todo también por la importancia que tiene a nivel de motivación para afrontar la preparación de los Juegos Olímpicos.