Luis Valle González, que jugó en el Real Murcia en Primera Divisón en la temporada 56/57 y que durante más de cuarenta años dirigió a diferentes equipos de Murcia y Alicante, falleció anteayer con 86 años de edad en la ciudad de la capital del Segura. Valle, que era natural de Basauri, fue un pionero en el fútbol español al convertirse en los años 50 en uno de los primeros jugadores que emigró a Portugal.

Posteriormente regresó a Murcia, donde se afincó al casarse con una murciana, y desarrolló una dilatada trayectoria como entrenador en equipos como el Abarán, Cieza, Crevillente, Águilas, Lorca, Horada y Atlético Cartagena, una tarea que compaginaba como conductor del parque de Bomberos de Murcia. En el Pilar de la Horadada se convirtió en una institución, ya que estuvo quince años entrenando, logrando cuatros ascensos a lo que hoy en día es la Segunda División B.

En Cartagena estuvo al frente de un equipo que estaba integrado por jóvenes que realizaban el servicio militar en la ciudad.

Como futbolista, Luis Valle González, que militó en el Granada, desde donde llegó a Murcia de la mano de Fernández Picón, el Évora portugués y el Lleida, entre otros equipos, era conocido como ´el pulmón de acero´, apelativo que se ganó en los campos lusos, por su derroche de pundonor en los terrenos de juego. Además, llegó a estar a prueba en el Real Madrid después de dar sus primeros pasos como futbolista mientras realizaba el servicio militar en Vitoria. Muchos recuerdan a Valle por su ejemplar comportamiento en el campo y en los banquillos. Ayer se celebró una misa en su memoria en el Tanatorio de Jesús, un aventurero del fútbol, amante de Murcia, que dejó huella en cada equipo en el que estuvo.