El descenso del Real Murcia, que pasará de jugar en 2ºA a jugar en la categoría de bronce, afectará directamente a diversos sectores de la Región, siendo los más afectados la hostelería y restauración, según declaró ayer a esta Redacción José María Albarracín, presidente de la Confederación Regional de Organizaciones Empresariales de Murcia, CROEM.

Para Albarracín, que el Murcia baje de división, «implicará una ausencia de turistas en la ciudad relacionadas con el fútbol, ya que se perderá la gran afluencia de hinchas que mueven los equipos» a partir de la categoría de plata, repercutiendo directamente en la cantidad de plazas hoteleras y en el volumen de negocio de bares y restaurantes que los encuentros de fútbol generan cada fin de semana, aunque el presidente de CROEM dijo que se desconoce todavía la cantidad económica total que se perderá, ya que no les ha dado tiempo a hacer un estudio pormenorizado. El responsable de la patronal murciana lamentó que «no se vaya a jugar contra entidades de otras ciudades» en una categoría que «no moviliza a tanta gente». También recordó que Murcia es la séptima capital de España en importancia, «por lo que merece jugar en 2ºA o incluso en Primera», por ciudad y por su afición.

«Día triste»

El responsable regional de las empresas murcianas denunció que «es un día triste y profundamente preocupante por un descenso que no se ha conseguido en los terrenos de juego» y apostilló que «hay que hacer frente a la situación, reorganizarse y evitar que vuelva a pasar». Además, sentenció que lo que se extrapola de esta decisión, a su parecer, es que en España «hay ciudades de primera, de segunda y de tercera categoría» y no sólo porque se haya aceptado retrasar el pago a otras ciudades y a Murcia no, sino porque la Liga de Fútbol Profesional (LFP) hasta ha tratado «despóticamente» a los aficionados que se han acercado a Madrid, cambiando la hora de la reunión para no encontrarse con ellos.

El otro de los aspectos que se transmite de la ratificación es que la relación entre Samper, presidente del Real Murcia, y el de la LFP es «la sensación» de que ha trascendido un trasfondo personal al ámbito profesional entre ellos, manifestó Albarracín.