Día de agosto atípico en Murcia. Como siempre, calor, mucho calor, pero para reunir 7.500 personas en un mismo recinto en una ciudad que en estas fechas parece medio desierta, hay que tener un gran poder de convocatoria. Es decir, un hecho sólo al alcance de gente que está más cerca del cielo que de la tierra, ídolos de masas. Y estos chicos de la selección española de baloncesto desatan pasiones allá por donde pasan. Por algo son campeones del mundo, de Europa y subcampeones olímpicos. Casi nada. Sólo Estados Unidos está por encima de ellos. Ayer, llamados por el encanto de la generación de Pau Gasol, la mejor de la historia en nuestro país, llegaron al Palacio aficionados desde todos los puntos de la Región. De Yecla a Cartagena pasando, como es lógico, por Lorca, la ciudad por la que en teoría se disputaba el partido, aunque la Federación Española se olvidó de ello y ni siquiera llegó a anunciar que había una fila cero. Menos mal que la Murciana sí hizo hincapié en ello pese a sus modestos medios. En cualquier caso, Murcia vibró con el triunfo de ´La Roja´ de la canasta sobre Australia en el penúltimo amistoso antes de partir hacia Lituania, donde les espera el Eurobasket más duro de los últimos tres lustros.

«No es el mejor día para jugar, pero la gente de Murcia se lo merece». Esa fue la frase que dejó a primera hora de la mañana José Manuel Calderón en su Twitter. Se refería a la repentina muerte del padre de Felipe Reyes en la noche previa al choque. Por ello, el bravo jugador del Real Madrid no estuvo en el partido, ni tampoco Juan Carlos Navarro, como capitán del combinado nacional, ni Sergio Llull, con quien comparte también camiseta merengue. Todos estaban en Úbeda dando el último adiós a Alfonso Reyes, asiduo en las gradas de los pabellones. Y por ello

la ÑBA jugó con crespones negros y se guardó un respetuoso minuto de silencio antes del inicio del partido. Pero en cuanto sonó la bocina, el delirio se adueñó de la grada. No faltaron las pancartas de apoyo a los jugadores. Una de ellas, dedicaba al saltarín Serge Ibaka, hacía alusión a ese ´bautizo´ ya célebre del que fue objeto por parte del ministro José Blanco,que le llamó Ikea: «Ibaka, ¿te vienes al Ikea?», rezaba la misiva. Otra unía Lorca con Villanueva de la Serena –«unidos por Calderón»–y, por supuesto, muchas, decenas, dedicadas a Pau Gasol –«Dame más Gasol-Ina»–.

Tanto en las taquillas como en el palco se colgó el cartel de ´no hay billetes´. En la zona noble asistieron al espectáculo desde un lugar privilegiado los consejeros de la Comunidad Autónoma Pedro Alberto Cruz y José Ballesta, además del director general de Deportes, Antonio Peñalver, el concejal de Deportes del ayuntamiento de Murcia, Miguel Cascales, al que nunca le ha salido tan barato llenar el Palacio, y el alcalde de Lorca, Francisco Jódar. También había representación del CB Murcia –la plantilla al completo y el entrenador estaban en la grada–, así como del Real Murcia –su expresidente José Ángel Serantes y el consejero y diputado regional José Antonio Guillamón–. Como queda claro, hay espectáculos, que aunque se celebren en agosto, siempre tienen y tendrán un gran poder de convocatoria.

El aficionado, al margen del baloncesto, también pudo disfrutar de otros espectáculos que ayudaron a rentabilizar la alta inversión realizada al adquirir la entrada. Un grupo de acróbatas con camas elásticas deleitaron con sus mates en los tiempos muertos y el descanso. Y tampoco faltaron los regalos lanzados desde la pista, como camisetas, bufandas, muñequeras, banderas y balones, unos recuerdos a los que no tuvieron acceso los seguidores ubicados en el anillo superior por culpa de la distancia con la pista. También hubo otros instrumentos para animar –aplaudidores de los patrocinadores del equipo nacional– que en ocasiones convirtieron en una ´discoteca´ el Palacio. Y para quien no lo sepa, en la cancha también había una representante del deporte regional, la colegiada internacional Susana Hernández. En la grada sí que estaba una chica, Laura Gil, que lleva tantas medallas conquistadas como Pau Gasol con la camiseta de la selección nacional. Este verano ha sumado dos.

De esta forma puso el punto y final España a su estancia en Murcia, la ciudad, tras Madrid, donde ha pasado más tiempo de su preparación –cuatro jornadas–. Esta mañana, viaje a primera hora a Valencia para jugar a las siete de la tarde otra vez frente a Australia en el adiós de la gira. El 31 de agosto, en Lituania, comienza lo bueno.