Iñaki Alonso rememorará hoy, seguramente, la historia que más trascendencia ha tenido en su carrera deportiva. El actual entrenador del Murcia, en la campaña 2008-2009 y dirigiendo al Real Unión de Irún, eliminó al Madrid de Bernd Schuster de la Copa del Rey dando la campanada en el Bernabéu con un gol de Romo en el último minuto que llevó al preparador grana a experimentar una de las mejores sensaciones de este deporte, la de eliminar a un equipo de mucho mayor poderío y entidad.

La eliminatoria de dieciseisavos de la Copa de esta tarde con el Real Madrid, por una vez concitó los deseos de los futbolistas y aficionados del Real Murcia, premio a una ejecutoria ejemplar, al menos meritoria después de tres eliminatorias salvadas, a cara de perro en terreno adverso y sobre todo la necesidad económica de un club en situación concursal y que necesita no sólo dinero, sino mucho más respeto y reconocimiento. Al fin a la postre, y mal a quien le pese, el Murcia sigue existiendo.

Esta será la quinta eliminatoria en donde se verán las caras blancos y granas. La última de las cuales data de 1953, lo que hará la friolera de 57 años que visitaron la capital del Segura en competición copera. Y enfrente tendrán a Iñaki Alonso. Como buen durangués, el técnico murciano es afín a la Copa. No en vano esta competición ha sido durante muchos años reservorio de aquella frase histórica de «la final de la Copa la juegan el Atlético de Bilbao y otro».

Queda bien a las claras su ilusión por este torneo, porque pocos entrenadores de Segunda B han eliminado a todo un Real Madrid. El orden lo encabeza Pepe Díaz, entrenador del Toledo, que a partido único (2-1) lo derrotó en 2000. Le siguió Iñaki Alonso (2009), quien a doble partido le marcó 6 goles a los blancos (3-2 en Gal y perdiendo 4-3 en el Bernabéu con un gol de Eneko Romo en el último minuto). Marca inmaculada hasta que el Alcorcón de Anquela le igualara este último año (2010) 4-0 y 1-0 dejando más que tocado al entonces entrenador chileno del Madrid, Manuel Pellegrini.