La Biblioteca Regional de Murcia acoge desde este jueves la exposición Miguel EN Cervantes. El retablo de las maravillas, donde la ilustración y el cómic se unen en un proyecto organizado con motivo de la reciente conmemoración del 400 aniversario del fallecimiento del escritor.

La exposición, concebida y comisariada por el equipo ´i con i´, acerca al público familiar, y de forma especial a los más jóvenes, a la figura de uno de los grandes escritores de la historia, Miguel de Cervantes, a través de su obra El retablo de las maravillas, mezclando ficción y realidad y valiéndose de un atractivo lenguaje como es la ilustración y el cómic.

La exposición se centra en Miguel de Cervantes a través de uno de sus ocho entremeses, El retablo de las maravillas, una obra de gran carga autobiográfica. El dibujante Miguelanxo Prado, Premio Nacional de Cómic en 2013, perfila el físico del escritor y su trayectoria vital, recreando los escasos datos ciertos sobre su biografía con un lenguaje realista. Por su parte, David Rubín, uno de los historietistas españoles más reconocidos en los últimos años, narra esta historia dentro del mundo de la ficción trasladando su acción a viñetas.

El discurso expositivo está organizado en tres partes. La primera narra las escenas de la vida cotidiana de Cervantes junto con la presentación de los personajes del entremés. En segundo lugar, presenta escenas del Cervantes escritor coincidiendo con la parte de mayor acción del entremés. Finaliza con el alter ego de Cervantes y la crítica social, al tiempo que se desarrolla el desenlace de El retablo de las maravillas.

Prado recuerda al famoso autor interpretando y representando en 36 ilustraciones las facetas más destacadas y sorprendentes de su vida. En sus obras se mezcla el humor, el humanismo y la ironía para ayudar al visitante a descubrir sus pensamientos, frustraciones y ensoñaciones. El ilustrador recurre a su estilo más pictórico y realista, de líneas finas y colores suaves, lleno de detalles, pero sin llegar al ornamento.

Rubín es el encargado de convertir el texto clásico en un cómic actual de 32 páginas. Con un lenguaje plástico que sugiere pura acción, sus recursos creativos ayudan a dotar de potencia y actualidad esta historia ambientada en el siglo XVII que aborda temas universales y cuya crítica de fondo puede trasladarse también al contexto social actual.