El escritor barcelonés Ricard Ruiz Garzón, con la novela La inmortal, y el sevillano Francisco Díaz Valladares, con Tras la sombra del brujo, son los ganadores de la XXV edición del Premio Edebé de Literatura Infantil y Juvenil, respectivamente, al que concurrían un total de 303 originales.

El escritor y miembro del jurado del apartado infantil Vicenç Villatoro indicó tras el fallo que La inmortal, dirigida a niños a partir de los diez años, es «una muy buena obra literaria, de un buen escritor, que escoge como eje vertebrador el ajedrez», aunque también es un título en el que hay refugiados y se plantean otras reflexiones sobre qué significa ganar o perder.

La protagonista es Judit, una niña a punto de cumplir doce años que vive en la ciudad suiza de Ginebra con su abuelo y su madre, de carácter tenaz y competitivo, que se convierte en una estratega del ajedrez, descubriendo muy pronto que este juego se parece mucho a la vida.

Ruiz Garzón, reconocido periodista cultural que llevaba una decena de años cubriendo el premio desde «el otro lado», señaló que en esta historia de tolerancia, voluntad y motivación el ajedrez es muy importante, pero no quiere «que sólo sea tomado como una historia sobre este juego y la emigración, porque de lo que va es sobre qué es ganar, qué es perder y qué es jugar».

Aficionado a este juego desde muy pequeño -incluso ganó un premio-, ha desvelado que también le encanta la relación entre «ajedrez y literatura» y ha recordado que grandes autores como Borges, Lewis Carroll o Nabokov han tratado sobre ello.

La obra ganadora del apartado juvenil, Tras la sombra del brujo, de Francisco Díaz Valladares, un narrador de historias que vive en la Línea de la Concepción (Cádiz), es una novela de aventuras ambientada en los paisajes de África, en pleno siglo XXI.

La miembro del jurado y librera Paula Jarrín apuntó que se trata de un thriller «para todos los públicos, en el que ocurren muchas cosas, y se lee de forma muy rápida, porque el relato va acelerando».

Es una narración protagonizada por Julen, un chico que vive en Estados Unidos pero que está muy orgulloso de haber nacido en África, donde vivía con su abuelo español, que trabajaba allí como antropólogo. En la obra hay un brujo, Buku, que se dedica a manipular y causar el pánico entre las tribus, y Julen y su abuelo no tendrán otro remedio que demostrar que se equivoca.

Díaz Valladares, que no escondió tras conocer el veredicto que llevaba años «persiguiendo el sueño» de ganar el Edebé, indicó que la historia la empezó a armar después de ver la película Los demonios de la noche, que transcurre en África. El autor añadió que desde pequeño es un enamorado de las obras de Julio Verne y que llegó a imitar a alguno de los personajes creados con él, metido en un río vestido con un particular traje de buzo, con un no muy buen resultado final.

El Premio Edebé, concedido por la editorial del mismo nombre, es el mejor dotado en España en su categoría, con 30.000 euros para la obra juvenil y 25.000 para la infantil.