El Palacio Consistorial, el Museo del Teatro Romano y el Centro Cultural de la Fundación Cajamurcia de Cartagena albergarán a partir del próximo jueves una exposición retrospectiva antológica de la obra de Enrique Gabriel Navarro (Cartagena, 1927/1980), uno de los pintores más destacados del panorama artístico cartagenero del siglo XX.

Fuentes municipales indicaron que en esta muestra, en la que se hará un extenso repaso por una selección de obras de caballete, murales y retratos de Navarro, Hijo Predilecto de la ciudad, representa toda una vida dedicada al mundo de la pintura a pesar de su temprano fallecimiento a los 53 años.

Por esta razón, en el Palacio Consistorial estará representada toda su obra de caballete, desde sus comienzos de aprendizaje hasta la pintura abstracta, y sus últimos dibujos. Los murales estarán expuestos en el Museo del Teatro Romano, de piedra artificial, mármol y de gresite de la ciudad de Cartagena. Este espacio albergará además una selección de bocetos, fotografías de gran formato y la instalación parcial de un mural del autor. Finalmente, una de sus facetas más representativas como pintor, el retrato, se podrá admirar en la sede de Cartagena del Centro Cultural de la Fundación Cajamurcia.

La inauguración de esta muestra tendrá lugar en el Palacio Consistorial el próximo viernes, a las siete de la tarde, seguidamente se pasará al Museo del Teatro Romano para terminar en la Fundación Cajamurcia.

Enrique Gabriel Navarro nació en Cartagena en 1927 y falleció en el año 1980. Como recuerdan desde el Ayuntamiento, el autor dejó una profunda huella en la ciudad como pintor, muralista, docente y como figura dinamizadora de la vida cultural en la ciudad, fundamentalmente en el período de transición democrática de nuestro país. El Gobierno de España le otorgó la Medalla de Plata al Mérito Artístico poco antes de su fallecimiento.

El artista falleció a los 53 años, cuando estaba en disposición de ofrecer lo mejor de sí mismo, como asegura el crítico Santiago Amón: «Es un pintor que vino a morirse cuando se hallaba, como tantas veces ocurre, con la llave del enigma». Su vida artística fue, por tanto, corta y sin embargo fecunda. Saltó con dominio entre distintas tendencias estéticas, sin despreciar ninguna. En su haber figuran obras figurativas, expresionistas, neofauvistas y abstractas. Una abstracción que ha sido definida como apacible, serena, sin estridencias, con un sinfín de ricos matices, sugestivas tonalidades y hondas texturas.

Navarro dejó muestras de su labor como muralista, tanto en obras de carácter individual como en colaboración estrecha con su compañero el pintor Ramón Alonso Luzzy. Además, dejó una amplia obra de retratos de gran calidad a través de los cuales expresaba su maestría en el estudio de la figura humana y en los variados matices de la humanidad de sus personajes.