Quizás por influencia familiar desde muy joven estuvimos interesado por los temas relacionados con el flamenco, por ello siempre que fue posible nos enfrascamos en repasar y estudiar todo aquél papel donde se hablara de tan singular arte. Con cierto inconformismo, desde el principio, cuando leíamos detenidamente a los antiguos autores de la bibliografía flamenca (Manuel Machado, Rafael Marín, Anselmo González Climent, José Manuel Caballero Bonald, Domingo Manfredi Cano?), nos percatamos de que en ese amplio mundo habían cosas que no cuadraban del todo muy bien, pues la mayoría de los autores venían a coincidir en que todos los cantes -y daba igual en qué lugar se hubieran creado los diferentes estilos- eran de procedencia andaluza. Y, la verdad, todavía neófito en la materia, sin habernos introducido completamente en la historia del flamenco, tal afirmación nos resistíamos a aceptarla a pies juntillas. Esta duda, al final, quedó despejada, porque al entrar en la intrahistoria del flamenco decidimos dejar a un lado parcas opiniones (se hubieran publicado o no) carentes de soporte documental; porque, en lo fundamental, no estamos de acuerdo en ese interés que tienen algunos en que los cantes de nuestra Región, de Cartagena y La Unión, también llamados de Levante, sean obra exclusiva de andaluces. Al llegar a este punto, en un intento de aminorar en lo posible tales afirmaciones, haremos dos comentarios que vienen a justificar que tanto Cartagena y La Unión son dos ciudades (no andaluza, claro) en las que, apoyándose en su folclore, y el ingenio creativo de sus hombres y mujeres, se crearon diferentes cantes flamencos. Se sabe, por otras publicaciones, que existe un interés subyacente para que todo el flamenco sea netamente andaluz, que viene de muy atrás y prevalece en nuestros días; y un claro ejemplo lo encontramos en un artículo publicado por los años ochenta en la revista Sevilla Flamenca, firmado por doña Caty León, que viene a decir que «La expresión cante de Levante alude de forma poco concreta a un grupo de estilos que tienen como denominador común su desarrollo geográfico en la zona oriental de Andalucía. Para hablar del cante de las Minas hay que hacerlo previamente de algunas cuestiones histórico-sociales de gran interés en el periodo cronológico de su gestación y primer desarrollo. Parece ser que su origen geográfico primigenio está en Almería y que es la taranta la base musical que los sostiene. Los primeros cantes de los que se habla eran formas del fandango almeriense que se canta con algunas modificaciones tanto por mineros, como por tratantes, arrieros y tartaneros». Si realmente estas afirmaciones fuesen ciertas, del comentario de doña Caty León se extrae que el desarrollo del 'cante de Levante', como el 'cante de las minas', históricamente «está asentado en la zona oriental de Andalucía, y su origen geográfico primigenio está en Almería». Pero siendo rigurosos, podríamos pensar que estas aventuradas afirmaciones puede alterar los conceptos básicos de la Geografía española, pues es sabido (desde primaria) que dentro de los cuatro puntos cardinales, el Levante geográfico de nuestra península está situado en dos regiones: Valencia y Murcia; y, por otro lado, habrá que dejar bien sentado que los cantes mineros -aunque a más de uno no le guste- se crearon a finales del siglo diecinueve en la Sierra Minera de Cartagena y La Unión, y los únicos estilos que pueden ser llamados de 'levante'. El segundo de los comentarios que habíamos propuesto se refiere a los concursos de cante flamenco. Sobre éstos, según los historiadores, el concurso de Cante Jondo de Granada, celebrado en el año 1922, en la Plaza de los Aljibes de la Alhambra, auspiciado por intelectuales de la época, comandados por Manuel de Falla, fue un acontecimiento catalogado de excepcional, pues conllevaba el deseo de poner en su sitio al 'flamenco más antiguo' -el cabal- maltrecho por la desafortunada Ópera Flamenca, que despuntaba en aquellos días. Aquí, en lo que concierne a los concurso, debemos de afirmar, sin pretender apuntarnos el mérito, que Cartagena, antes que Granada, fue la pionera en esta faceta. Veamos: Consultada la Hemeroteca, según la prensa local a principio del año 1921 en la ciudad departamental se celebró el primer Concurso de Cante Jondo de España, promovido por el empresario Antonio Antón Ferrera, dueño del Café del Tranvía, y en cuyo certamen se otorgaba al ganador 'La Copa el Tranvía'. Es posible que surja la sorpresa ante un hecho de estas características, al ser Cartagena el lugar donde se produce, y, sorprendentemente, antes que en Andalucía; pero también es necesario aclarar que esta iniciativa del empresario cartagenero don Antonio Antón Ferrera no llevaba implícito el mensaje promulgado por García Lorca y Manuel de Falla en lo que se refiere a la defensa del flamenco, cuando promovieron, un año después que el de Cartagena, el Concurso de Cante Jondo de Granada en 1922. Aunque, por otra parte, no se le podrá negar a Cartagena ser líder en este campo, al haber encabezado la promoción de los concursos de cante flamenco en España. Y otro tanto que habrá que sumarle a la ciudad portuaria es el haber descubierto a importantes cantaores cartageneros de los años veinte, pues en las siguientes ediciones del concurso organizado por el Café el Tranvía surgieron cantaores de renombre como fueron, entre otros, Guerrita, El Fanegas, Patricio Alarcón, El Mendo y El Rampa. Siendo un hecho contrastado que tras las iniciativas de los concursos de Cartagena y Granada esta novedad fue arraigándose a nivel nacional, y en lo que se refiere a lo local hoy en día nuestra Región acoge un sinfín de concursos y festivales flamencos. Por nostalgia, en recuerdo de los que se celebraron y se celebran en la actualidad, citar el concurso del año 1924, que tuvo lugar en la Cerca del señor Espottorno, en Santa Lucía; y, más reciente, el Concurso Nacional de Cante por Cartageneras creado, cuarenta años después (mayo de 1964), por el Ayuntamiento de Cartagena; del cual, in séculá in seculórum, nada se sabe. Por último, una reflexión: si desde el año 2008 no se enseñan los cantes de Cartagena en la Universidad Popular (escuela de flamenco), y desde hace cincuenta y un años no se promociona un lugar (un concurso) donde se expongan y se difundan, ¿nuestros cantes han muerto por inanición, por dejadez, por desinterés??