Hay veces que tras admirar una buena obra nos preguntamos que de dónde sale tanto talento. Hay artistas que llevan consigo la capacidad para crear, pero otros necesitan concebir sus ´criaturas´ porque han vivido experiencias que les han hecho ver más allá. Este es el caso de José Siles, escritor de novelas como El latigazo, La última noche de Erik Bikarbonato y la recién publicada La Venus de Donegal. Siles estudió Enfermería, Historia y Pedagogía. Trabajó durante años en hospitales, lo que le hizo aprender mucho de las personas y le inspiró para escribir. Actualmente, es profesor en la Universidad de Alicante y dice que, a pesar de todas las posibilidades virtuales, prefiere el contacto personal. Su última novela, La Venus de Donegal trata de un estudiante francés en España que descubre que el verdadero autor de El Quijote no es Cervantes, y está narrada con el tono humorístico e irónico que caracteriza su escritura.

¿Cómo surge la idea de La Venus de Donegal?

Nace de la experiencia de la vida universitaria del siglo XX. Fue algo difícil de escribir, ya que mezcla asuntos muy distintos, como el sexo, las sectas religiosas, el alcohol... Es una novela bastante enrevesada. También tiene su origen en el concepto de fecundidad como ideal femenino de generosidad y ofrecimiento. Podemos ver este sentimiento encarnado en algunos de los personajes de la novela.

¿Cómo decide ser escritor de cosas tan distintas como la novela y las ciencias de la salud?

Escribo sobre historia y antropología de los cuidados. Esta última es del estudio del ser humano, y de la combinación de ambas sale una narrativa que relata la evolución de las personas. Yo escribo por necesidad, la escritura es parte de mí. La narrativa y la poesía me apasionan, ayudan a salir de la atmósfera del trabajo.

¿Sus novelas representan la realidad que percibe?

Sí, son reinterpretaciones de la realidad con un toque de humor, sarcasmo e ironía, porque hay que reírse hasta de lo más triste de la vida, incluso de uno mismo.

¿Cuál es la novela que más ha disfrutado escribiendo?

El latigazo fue muy amena de escribir. Disfruté como un enano.

¿Cuál es el sentimiento que pretendía mostrar con La última noche de Erik Bikarbonato?

Este libro también fue muy divertido escribirlo. El protagonista es escritor y se convierte en víctima de sus propios personajes, hay mucha difusión en esta novela. Al final una de sus ilusiones es pasar su última noche con una prostituta.

¿Hay algún escritor que le haya servido de ejemplo a la hora de escribir?

Sí, Tom Sharpe. Mi forma de conectar el pasado y el presente viene influenciada por James Joyce y William Faulkner. Este tipo de relato es más complicado.

¿La escritura para usted es una profesión o una afición?

Lo ideal sería que la afición coincidiera con la profesión, pero no se da mucho. En mi caso la escritura no es una profesión porque no vivo de ella, pero es una afición muy necesario en mi vida.

¿Cómo es que decide en su última obra hacer referencia otros posibles autores de El Quijote?

Este es un punto muy fuerte del libro. El protagonista descubre quién es el verdadero autor de El Quijote y que Cervantes lo plagió. Realmente los escritores siempre son acusados de cosas como estas, beben de las obras de unos y otros para crear las suyas propias.

¿Por qué el apellido Mechones para el protagonista?

Eso no tiene explicación, fue más bien por sonoridad, el nombre completo es Michel Mechones. No es como otros de mis personajes como El Cataratas, protagonista de El latigazo. La vida de este va cayendo en picado a lo largo de la novela, lo cual acepta con mucha marcha y filosofía, el fracaso le hace aprender.

¿Qué consejo le daría a los que se quieren dedicar a la escritura?

Que sigan sus impulsos y no se rindan a la primera. Hay que persistir aunque las cosas no salgan bien desde el principio. Deben tener voluntad y mantener el esfuerzo en aquello que les gusta.