En el año 2004, cuando Cristina Roswell comenzó a escribir Draculesti. El legado del diablo, ni se imaginaba hasta dónde iba a llegar la fiebre literaria por los vampiros. Pero, para bien o para mal, el haber estado alrededor de seis años documentándose, escribiendo y revisando su texto, ha hecho que su primera novela publicada llegue en un momento en el que hay una saturación de estos muertos vivientes. Sin embargo, como asegura esta joven autora murciana, también hay sitio en el mundo editorial –Kiwi apostó por ella– para una historia «más realista y más adulta» inspirada en la figura histórica de Vlad El Empalador –personaje que en principio habría inspirado el Drácula de Bram Stoker–.

Roswell recuerda que su novela, que sale a la venta el próximo miércoles, tiene una fuerte base histórica gracias al estudio de este personaje, «que no hizo nada peor que otros de su época y que sin embargo pasó a la historia como un sanguinario y un asesino». Draculesti narra la historia de una joven universitaria –«no quería a una niña tonta ni a ningún joven enigmático como protagonistas», afirma– que se embarca rumbo a Rumanía para estudiar sus leyendas y a Vlad El Empalador. «Durante su estancia en el castillo de Transilvania, la protagonista comprobará que la línea entre la superstición y la historia no está tan marcada y, poco a poco, todo se convertirá en un infierno».

«Una historia que combina misterio, terror y la conexión del príncipe Vlad y el conde Drácula», como lo define Dacre Stoker, sobrino-nieto del escritor irlandés y al que la autora murciana conoce, ya que ambos pertenecen a la Transylvanian Society of Dracula, dedicada al estudio de la obra de Stoker, del Drácula ficticio y del Drácula real (Vlad el Empalador).

Cristina es uno de los pocos miembros españoles que pertenecen a esta asociación, que la ha ayudado en sus investigaciones para esta novela y para las que están por venir, ya que asegura que espera poder entregar dos partes más y una precuela y convertir las aventuras de esta universitaria en una saga «muy distinta a las que existen ahora».

Mientras llega la segunda parte, Roswell continúa sus estudios de Historia del Arte y escribiendo su blog Ardeal. Odisea de una escritora novel por el mar literario, donde comparte con otros escritores sus inquietudes sobre su vocación. «Internet es muy importante, porque también puedes interactuar con los lectores y darte a conocer». De hecho, los primeros capítulos de la próxima novela que quiere publicar –Kykaon.

Memorias de una mujer lobo– los colgó en la red, al igual que otra ´novela-blog´ de la que es coautora. Se trata de ir dando pasos en el mundo literario, en el que espera que no solo se apueste por autores extranjeros y que las historias de sus vampiros nunca pasen de moda.