Advierte la actriz murciana Lola Escribano que defiende ante cualquiera, con uñas y dientes, a su personaje, a una Bernarda «llena de miedos pero que adora a sus hijas». «Estoy convencida de que en el fondo las quiere, aunque no sabe mostrarlo, y quiere para ellas una buena vida, que no se vayan con cualquiera. Para Bernarda nadie está a la altura de sus hijas y de ahí nace su obsesión por no dejar que salgan, por controlarlo todo, por el qué dirán», explica Escribano, cuya Bernarda también «tiene un matiz diferente: un miedo tremendo a la locura de la madre, a heredar esa demencia; algo que le desestabiliza y le trastorna».

Escribano dará vida así esta semana a «uno de los personajes soñados por todas las actrices cuando se llega a una edad... un sueño, una alegría y un disfrute tremendo» que comparte con «unas actrices entregadas y maravillosas» –Allende García, Lola Martínez, Esperanza Clares, Verónica Muñoz, Toñi Olmedo, María Alarcón y Josefina Castillo–. Juntas asegura que crean «una buena energía que llegará al público». Y con a ellas, un director de escena en el que Escribano confía plenamente. «Si la diriges tú me dejo en tus manos», recuerda que le dijo a Antonio Saura cuando le propuso un papel que García Lorca escribió pensando en Margarita Xirgu; algo que no le asusta lo más mínimo porque estaba convencida –y ahora lo ha corroborado– de que Saura haría «un trabajo interesante y hermoso».