El pistoletazo de salida de la decimonovena edición del Festival de Cine Fantástico (Fancine) de la Universidad de Málaga corrió ayer a cargo de la actriz británica Susan George, protagonista, entre otras cintas, de ´Perros de paja´, largometraje de Sam Peckinpah en el que compartió cartel con Dustin Hoffman. La intérprete, que recibió el galardón honorífico del certamen por su trayectoria durante la gala inaugural, destacó la "dura experiencia" que vivió delante y detrás de las cámaras durante el rodaje del citado filme.

"Peckinpah tenía una personalidad muy intensa, de una naturaleza muy extrema. Por una parte era muy sensible y amable, que es el lado que la gente no conocía de él. El otro lado, por el contrario, era muy fuerte e incluso violento, lo que suponía una gran contradicción. Por eso se lo hizo pasar mal a mucha gente, aunque también este aspecto fue fundamental para que sus películas tuviesen tanta calidad", destacó George, quien sólo contaba con 21 años cuando trabajó con el realizador de ´Grupo salvaje´.

"Aprendí de él que tienes que valerte por ti mismo", matizó la intérprete, quien, no obstante, confesó haberle ganado un pulso al cineasta estadounidense respecto a las escenas de desnudo del filme. "Se dieron muchos conflictos, especialmente en las escenas en las que yo aparecía desnuda. Peckinpah quería mostrar más cuerpo y yo no estaba dispuesta, ya que pensaba que si la cámara se centraba en mi mirada, el resultado sería el mismo o mejor. Confrontamos carne contra mirada e inteligencia, y gané".

También narró Susan George la gran generosidad de Hoffman tras el sonido de las claquetas. "Hoffman es extraordinario como actor y como persona. En su trabajo es extremadamente generoso. Él nunca quiere ganar solo, sino con alguien más. La química que surgió entre ambos fue increíblemente importante y creo que fue la clave de la magia de la película", dijo.

Hollywood: ayer y hoy. A sus 59 años, Susan George no siente que Hollywood se haya olvidado de ella ni que la industria del celuloide le haya cerrado las puertas, ya que su marcha respondía a una decisión personal: "Es cierto que muchas actrices se ven abocadas al olvido una vez que superan los cuarenta años, aunque yo no me siento así. Yo dejé Los Ángeles por Londres por elección y no por obligación, pero entiendo las injusticia que se cometen".

Menos comprensiva y más irónica se mostró la actriz en su análisis de la industria del cine de nuestros días, en la que sobresalen muchas cabezas sin que destaque su talento. "Fue ´Perros de paja´ la cinta que me lanzó al mercado internacional y me llevó a Hollywood. Antes había realizado muchos trabajos y cintas en Inglaterra, donde era una estrella. Y aquel Hollywood era muy distinto al de ahora. Antes tenías que poseer un extraordinario talento para destacar y convertirte en una estrella. Ahora esto no es necesario. Hay muchos actores actuales que me gustan, y muchos de ellos son realmente buenos y trabajan muy duro, pero otros no. Pero es así: hoy se busca la fama por la fama. A los niños se les pregunta qué quieren ser de mayores y responden que famosos, una meta que en mi época requería talento para poder ser alcanzada", matizó.