La sombra del fracaso planea de nuevo sobre la cumbre de seguridad alimentaria promovida por la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) para tratar de movilizar recursos en la lucha contra el hambre en el mundo, que afecta ya a más de 1.000 millones de personas.

Las organizaciones no gubernamentales y movimientos agrícolas y humanitarios expresaron su decepción por la falta de compromisos en el documento final de la cumbre, que se está celebrando en la sede de la FAO en Roma.

Con la ausencia de los líderes del G-8 -a excepción de su anfitrión Silvio Berlusconi-, los trabajos prosiguieron ayer con las intervenciones de los jefes de las delegaciones internacionales en el plenario, entre las que predominaron las de gobernantes de países africanos y latinoamericanos.

El portavoz del Movimiento Campesino de Santiago del Estero (MOCASE), Angel Strappazzon, que participó en el Foro Alternativo celebrado en Roma con ocasión de la cumbre, tachó la ausencia de los líderes de las mayores economías del mundo de "falta de seriedad y de responsabilidad".

En su declaración final, aprobada el lunes, la cumbre se limitó a enumerar buenos propósitos, repetidos ya en anteriores ocasiones, como el de reducir a la mitad el número de hambrientos para 2015 y un cambio de la tendencia a la baja de las inversiones destinadas a la agricultura, sin anunciar las ayudas económicas para esa causa.

El portavoz de Oxfam Internacional, el español José Antonio Hernández, mostró su decepción por "un documento que declara que existe un estrategia en la lucha contra el hambre, pero no contiene ni propuestas concretas, ni presupuestos, ni metas, ni programas".

Por otro lado, el ministro de Agricultura de Cuba, Ulises Rosales del Toro, calificó de "política y éticamente inaceptable" el uso de los alimentos como instrumento de presión, como el que ejerce, según él, el embargo comercial de Estados Unidos a su país. Rosales del Toro, que también es vicepresidente cubano, abordó el embargo a Cuba que, según él, supone un factor más a añadir a los que afectan negativamente a la situación de la alimentación en su país.

Por otro lado, el presidente de Paraguay, Fernando Lugo, destacó la "relevancia" del papel de la mujer en la seguridad alimentaria mundial. Apostó por una "discriminación positiva" para la pequeña agricultura campesina.