MARGA JIMÉNEZ-FONTES. La bicicleta y la montaña eran sus grandes pasiones. Ni siquiera la enfermedad con la que convivía desde enero de 2008 hizo que Antonio Bernal Palazón, quien falleció el 5 de junio a los 49 años de edad, abandonara su afición. Tal y como cuenta su mujer, Isabel Aguilar Chicano, sacaba fuerzas de donde podía, "incluso dándole quimio él seguía saliendo en bicicleta", recuerda Isabel, quien asegura que su marido era el ejemplo de que "hace más el que quiere que el que puede". Amigo de sus amigos, la vida de Antonio se basaba en tres pilares, "su familia, su trabajo y el ciclismo", comenta su mujer, que también destaca su labor como gerente de Estructuras y Construcciones Molinense, empresa que Antonio creó en Molina de Segura hace más de quince años, "con la intención de que sus hijos (Antonio y María Isabel) tuvieran algo en un futuro". "Aunque ahora son muy jóvenes y están estudiando", señala Isabel. No fumaba y no bebía, ya que fue un gran deportista, algo que supo inculcar a su hijo, que ahora es un gran amante del deporte, tal y como relata su mujer. Su familia no lo olvidará jamás, al igual que sus hijos, con quienes le unía una relación muy especial. "Sabía estar en su sitio como padre, pero a la vez era un gran amigo", afirma Isabel, a la vez que también destaca la buena relación que Antonio mantenía con sus hermanos y cuñados.

Esa buena relación también la supo llevar al plano profesional, ya que con sus empleados tenía un trato estupendo. "Él siempre decía que si trabajaban contentos, se trabajaba más", dice Isabel, para quien su marido Antonio lo fue todo.