El entorno económico y el institucional, el capital humano y la innovación son los principales factores que han contribuido a la mejora de la competitividad en la Región entre 2008 y 2016, mientras que el mercado de trabajo, las infraestructuras y el entorno empresarial han tenido una aportación negativa, según se desprende del 'Índice de Competitividad Regional (ICREG) 2017', presentado ayer por el Colegio de Economistas y el Consejo Económico y Social (CES). El informe, que recoge la evolución de todas las comunidades autónomas, se dio a conocer en la sede del Consejo General de Colegios de Economistas, que preside Valentín Pich. Revela que la competitividad ha mejorado en todas las comunidades al terminar la crisis, aunque muestra las carencias que lastran la economía regional. Murcia se sitúa en un umbral de competitividad medio bajo.

El informe divide el periodo analizado entre 2008 y 2016 en dos fases diferenciadas, que muestran una evolución diferente, dado que coinciden con los primeros años de la crisis y con la etapa de recuperación, respectivamente.

En la primera etapa, comprendida entre 2008 y 2013, solo el capital humano, el entorno empresarial y la innovación muestran un comportamiento positivo en la Región, mientras que en el entorno económico, el mercado de trabajo, el entorno institucional y las infraestructuras tienen un comportamiento negativo. Entre 2013 y 2016 los factores con una incidencia positiva son el entorno económico, el mercado de trabajo y el entorno institucional, mientras que el resto de indicadores no han tenido incidencia.

El Profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Murcia y coordinador del estudio, José Carlos Sánchez de la Vega, explicó que el comportamiento de la competitividad regional tiene un marcado carácter cíclico. En la fase de crisis, los ejes de mercado de trabajo, infraestructuras básicas y entorno económico registraron las mayores pérdidas, contribuyendo negativamente todas las comunidades, en tanto que los ejes de capital humano e innovación mejoraron de forma ininterrumpida sus resultados en todas las regiones.

La competitividad mejoró de manera generalizada en todas las comunidades autónomas salvo Extremadura en el periodo 2008-2016, principalmente en lo relativo al capital humano, innovación, entorno empresarial y económico, y recuperó los niveles previos a la crisis, con la Comunidad de Madrid, Navarra y País Vasco a la cabeza.

El estudio muestra que España en su conjunto ha mejorado sus bases competitivas y que los valores mínimos se obtuvieron mayoritariamente en el año 2009, mientras que los máximos se alcanzaron en ejercicio 2016.

El índice, elaborado para las 17 comunidades a partir de 53 variables o indicadores estructurados en torno a siete ejes competitivos (entorno económico, capital humano, mercado de trabajo, entorno institucional, infraestructuras básicas, entorno empresarial e innovación) refleja que se produjo una mejora generalizada del índice de competitividad regional, con un crecimiento a un ritmo anual del 1,5%. Entre 2013 y 2016, seis de los siete ejes, además del índice de competitividad, mejoraron sus resultados.

Según el Índice de Competitividad Global 2017-2018 del World Economic Forum, España ocupa el puesto 34 entre 137 países.