Vuelta a empezar con el primer 'filtro verde' del Mar Menor, uno de los buques insignia de la Comunidad Autónoma para evitar la entrada de nitratos a la laguna procedentes de la rambla del Albujón.

La Consejería de Turismo, Cultura y Medio Ambiente ha decidido desechar el proyecto original que puso en marcha en primavera de 2016 la entonces consejera del ramo, Adela Martínez-Cachá. Una de las primeras decisiones ha sido redimensionar el humedal artificial (de las primeras 40 hectáreas, luego convertidas en 17, a las 9 actuales) y cambiarlo de ubicación para acercarlo más a la desembocadura de la rambla, como anunció hace unos días la Consejería.

Fruto de este cambio, los propietarios de las ocho fincas que habían sido expropiadas volverán a tener sus terrenos, al ser anulados los expedientes. Tendrán que reembolsar a la Comunidad los 314.000 euros que les abonaron.

Pese a que la Comunidad Autónoma tenía a un equipo del Grupo de Investigación GEMMA de la Universidad Politécnica de Catalunya-BarcelonaTech trabajando en el diseño del humedal marmenorense desde 2016, fuentes de Medio Ambiente han asegurado que «lo realizado hasta ahora no va a generar gastos, ya que la única inversión que se había hecho correspondía a las expropiaciones».

A partir de ahora, un grupo de expertos del Comité Científico del Mar Menor será el encargado de estudiar el diseño de este nuevo humedal artificial, que está estudiando ya a cuántas parcelas podría afectar su creación.

«El diseño de esta infraestructura será analizado y estudiado por los miembros del grupo de trabajo constituido para que puedan hacer todas las aportaciones que consideren con el objetivo de intentar disponer de un documento que dé solución a la llegada de agua en superficie al Mar Menor», indican fuentes de la Comunidad.

De estas palabras puede deducirse que de nada serviría el trabajo realizado por Joan García, biólogo y catedrático de Ingeniería Ambiental de esa universidad catalana, y su equipo. García, durante una visita a Murcia en noviembre de 2016, explicó a esta Redacción que el proyecto inicial era captar la totalidad del caudal de la rambla, cifrado en unos 400 litros por segundo, y al final se había hecho de unos 200 litros/segundo. Y de las 40 hectáreas previstas al principio, se habían quedado en 17 hectáreas.

También indicó que la puesta en marcha de un humedal artificial, su periodo de arranque, «puede llevarnos varios meses».

«En un año puede tener bastante cobertura y en dos años debería estar totalmente operativos», aseveró entonces el biólogo, si bien añadió que puede comenzar a depurar al año de instalarse.

Un humedal que, según las previsiones originales de la Consejería, debería estar ya funcionando.

Sin embargo, ahora, en Medio Ambiente dejan claro que «una vez obtengamos el visto bueno del grupo de expertos del Comité Científico se procederá a la licitación de la obra por parte de la administración regional, iniciándose desde el principio la tramitación del correspondiente expediente administrativo». Lo dicho, vuelta a empezar.

Este primer humedal artificial estaría planificado para un caudal aproximado de 60 litros por segundo y debe incluir la obtención de agua, previa autorización de la Confederación Hidrográfica del Segura, para garantizar el caudal mínimo de supervivencia tanto de las bacterias como de la propia vegetación que ayuden a contener y absorber los nutrientes o algún tipo de contaminación que pueda arrastrar el agua, añaden las mismas fuentes.

Se ha reducido también el caudal a tratar, debido al cierre de los pozos del Campo de Cartagena que vertían las salmueras procedentes de las desalobradoras de los pozos a la rambla.

A tenor de lo manifestado por los expertos, habría que esperar hasta 2020 para ver totalmente operativo este primer 'filtro verde' del Mar Menor.