Seco sí, pero fuerte en el plano del empleo, al menos hasta ahora. Y cada vez más multilingüe: se nos van los jornaleros sudamericanos en la misma proporción en la que aumentan los africanos. Así es la radiografía del campo en la Región de Murcia según se desprende del informe sobre la ´Seguridad Social Agraria en Murcia 2016´ que ha elaborado la organización agraria Coag, basándose en los datos del Instituto Nacional de Estadística.

Según dicho estudio, en la Región de Murcia el año pasado había un total de 530.429 trabajadores dados de alta, de los cuales 70.120 pertenecen al Sistema Especial Agrario (13,2 % del total). Una cifra que se queda corta, pues también hay que tener en cuenta los 13.000 autónomos que también trabajan en el campo. E incluso los empleados de todas aquellas industrias vinculadas a la agricultura.

En 2015, el sector tenía empleados a 67.771 trabajadores.

«Si lo sumamos todo podemos hacernos una idea de la importancia de este sector en el empleo en la Región de Murcia, que ha sabido estar ahí en los peores años de la crisis pero que se enfrenta ahora, por culpa de la sequía y la falta de medidas para paliarlas, a una encrucijada», explica el secretario de organización de Coag, Francisco Gil.

El representante agrario destaca que en estos meses se ha dejado de plantar un porcentaje de hortalizas por la falta de agua, y que «veremos», a partir de enero, la repercusión que esto tendrá en el empleo. «También sabremos qué producción real ha habido en la Región, porque muchas empresas se están yendo a cultivar donde hay más agua, y, sin embargo, estos productos se contabilizan como industria agroalimentaria de la Región porque se manufactura aquí; pero con la llegada del frío, no podrán cultivar más allí», añade Gil.

En ese momento se verá la nueva ´fotografía laboral´: los trabajadores del campo, por falta de actividad, se tendrán que ir a otros sectores.

En el informe de la organización agraria se hace una comparativa con otras comunidades autónomas. En Andalucía y Extremadura el porcentaje de jornaleros en el campo supera a la murciana («en el caso andaluz todavía hay secuelas de los PER», según Gil), superando el 16%. Valencia, sin embargo, está muy por debajo, con el 3,8%. La media española es del 4,35%.

El dirigente agrario también destaca que, entre trabajadores por cuenta ajena y por cuenta propia (en los que, como máximo, se puede tener un obrero al cabo del año), Murcia vuelve a estar en los primeros puestos en relación a otras comunidades autónomas ´agrícolas´: mientras que en Murcia se dedicaban el año pasado a la agricultura 82.926 personas, en Castilla y León (con sus nueve provincias) sólo eran 63. 249 y en Valencia 73.912.

MULTILINGÜISMO

Pero si por algo destaca la instantánea del trabajo en el campo en la Región es por su multilingüismo. Este estudio pone de manifiesto que el año pasado había 77.676 extranjeros afiliados a la Seguridad Social, de los que 40.247 lo estaban en el Sistema Especial Agrario (el 51,8 %). Francisco Gil destaca que más de 57 % de la mano de obra en el campo murciano es extranjera. Por contra, sólo 29.873 eran trabajadores españoles y europeos.

«Si queremos una agricultura competitiva o contamos con la mano de obra extranjera o estamos vendidos», apunta el dirigente agrario.

Asimismo, se constata que en los últimos cuatro años se ha experimentado un cambio de flujo en el origen de los trabajadores extranjeros.

Desde el año 2013 se han ido 4.248 ciudadanos de Ecuador, Bolivia y Colombia; y por el contrario, se ha registrado una llegada de 4.013 trabajadores procedentes de Marruecos, Mali y Senegal.

«Creemos que la tendencia seguirá en los próximos años, porque el inmigrante sudamericano es como el español, que tiene en mente volver a su país. Sin embargo, el africano tiene la mentalidad contraria, quiere quedarse y si es posible traerse a toda su familia», comenta Gil.

En 2016 estaban afiliados al régimen social agrario 28.094 trabajadores de Marruecos, 12.252 de Ecuador, 4.778 de Bolivia, 1.445 de Colombia, 1.342 de Senegal y 1.138 de Mali.

El secretario de organización de Coag se ha detenido también a analizar cómo influye el mes del Ramadán, en el que los jornaleros musulmanes no suelen trabajar o lo hacen determinadas horas, en la actividad agrícola. «Hay que tenerlo en cuenta a la hora de planificar la campaña», destaca, y ve especialmente preocupante el hecho de que el próximo año esta celebración sagrada caiga a mediados de mayo, «en plena campaña de recogida de fruta».

De media, en los últimos nueve años, ha habido más de medio millar de parados musulmanes durante el Ramadán, lo que supone un 6,05% del total.

PARADOS

Si comparamos los datos del año pasado con los de 2015, se constata un descenso del número de parados en la agricultura y ganadería regional, ya que mientras que hace dos años en todos los meses las cifras de desempleados no bajaban, o rozaban por lo alto, la línea de los 10.000 (12.198 en enero, fue el mes con más paro y mayo, con 9.771, el que menos), en 2016 las cifras, durante medio año, se sitúan en la horquilla de las 9.000 personas. Y en esta ocasión fue febrero el mes en el que más desempleados hubo en la agricultura (10.978), mientras que de nuevo aparece mayo como el que menos (9.252).

Ha sido este año, en 2017, cuando mayor descenso en el número de desempleados se ha producido: en agosto, el mes que más hubo, llegaron a 9.199; mientras que ha sido en abril cuando menos: 7.577. Datos a los que les falta por computar los meses de noviembre y diciembre.

PROFESIONALIZACIÓN

Por último, Francisco Gil, apunta que el sector se tiene que plantear «muy seriamente» contratar a trabajadores «con una cualificación mínima para que haya garantía de que saben lo que hacen cuando los contratamos».

Explica que no son pocas las ocasiones en las que desde las ETT (empresas de trabajo temporal) envían al campo a personas que están en paro, «pero que, por ejemplo, no han visto en su vida un limón en el árbol, y no saben cómo manipularlo; y eso es un problema».

La mujer va ganando terreno en la agricultura

La mujer va ganando terreno en la agriculturaLos datos correspondientes al año pasado demuestran que la mujer, en la Región de Murcia, va ganando terreno en la actividad agraria, principalmente como empresaria. De hecho, en algunos municipios de la Región ya alcanzan el 30% del sector. Esto convierte a la comunidad murciana en la segunda con mayor porcentaje de mujeres ocupadas en el sector agrario, un 5,9%, muy por encima de la media nacional, que no llega al 2,5%. Sin embargo, su presencia como trabajadoras contratada va poco a poco disminuyendo. El año pasado, en la comunidad murciana este colectivo llegó a tener 14.700 jornaleras afiliadas al sistema especial agrario, lo que supone un 19,19% del total. Ese mismo año los hombres alcanzaron los 61.900. La media de los últimos nueve años, según los datos recogidos por Coag en su informe, sitúa a la presencia femenina en un 24,29 por ciento. Fueron los años del principio de la crisis donde más jornaleras hubo en las fincas de la Región: en 2009 llegaron a ser 18.900, lo que porcentualmente supuso un 31%. Desde entonces, las mujeres contratadas fueron abandonando estas tareas poco a poco, hasta alcanzar ese 19%.