El número de personas mayores de 65 años supera los 8 ,7 millones en España, una cifra que supone el 18,7% de la población total, según un informe emitido por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Con esta realidad como decorado se celebra un año más el Día Internacional de las Personas Mayores, que Naciones Unidas dedica a concienciar contra la discriminación de las personas mayores, llamando la atención sobre los estereotipos negativos y las ideas falsas acerca del envejecimiento y desafiando todas esas ideas preconcebidas.

La conmemoración de esta efeméride vuelve a ahondar en la necesidad de luchar contra una serie de actitudes que, históricamente, se han encargado de devaluar y excluir a los miembros de este colectivo. De hecho, en 2014, los gobiernos adoptaron una resolución en el Consejo Económico y Social que reconoció que la marginación por envejecimiento es «la razón común, la justificación y la fuerza motriz de la discriminación de las personas de edad».

La discriminación por envejecimiento y, en ocasiones, el abandono y maltrato de las personas mayores son fenómenos tan frecuentes como perjudiciales, que llegan a limitar su potencial afectando a su salud y bienestar. Es por ello que urge encontrar la fórmula ideal para contrarrestar todos aquellos comportamientos que socavan sus derechos, poniendo trabas al mismo tiempo a su contribución a la vida social, económica, cultural y política.

Y es que debido al aumento de la esperanza de vida y a la disminución de la tasa de fecundidad, la proporción de personas mayores de 60 años continúa aumentando más rápidamente que cualquier otro grupo de edad en casi todos los países. No en vano, el envejecimiento de la población puede contemplarse como un éxito de las políticas de salud pública y el desarrollo socioeconómico, pero también como un reto para la sociedad, que debe adaptarse a ello para mejorar al máximo la salud y la capacidad funcional de las personas mayores, así como su participación social y su seguridad.

Desde un punto social y humano también se analiza constantemente la situación de nuestros mayores. De hecho, la Organización Mundial de la Salud advierte sobre el aumento de las actitudes negativas hacia las personas de la tercera edad. En una encuesta realizada por este organismo, un 60% de las personas entienden que no se respeta a las personas mayores. Obviamente, estos comportamientos afectan a las personas mayores desde un punto de vista físico y psíquico.