Esposado, cabizbajo y flanqueado por dos agentes de la Policía Nacional. Así hacía su entrada este viernes José Luis M. B. en la sala de la Audiencia Provincial de Murcia, donde iba a ser juzgado.

El hombre, nacido hace 36 años en Cieza, llegaba a los juzgados directamente desde la cárcel, donde cumple una pena de doce años por un delito de daños. Tiene una condena en firme impuesta por el Juzgado de lo Penal nº 2 de Murcia en 2012. Antes, ya tenía antecedentes por delitos contra el patrimonio, según recordaba el Ministerio Público en sus conclusiones provisionales.

Cuando José Luis M. B. entraba ayer en la sala, en silencio, se enfrentaba a 14 años de prisión más. Se le acusaba de un delito de incendio. Ocurría en enero de 2015, un día en el que el reo se encontraba en una celda de aislamiento. Prendió fuego a un colchón, el fuego se propagó por toda la estancia y afectó a un televisor, un espejo, una silla y otros enseres.

Sin embargo, el fiscal Manuel Campos modificaba ayer las conclusiones y detallaba que «no se puso en peligro la vida de ningún interno» con lo que hizo José Luis. En todo caso, la vida que puso en riesgo fue la suya propia.

El preso, a preguntas del magistrado presidente del tribunal, admitió los hechos. Fue condenado a un año de cárcel.

Asimismo, ha de indemnizar al Estado con 1.290 euros, que es la suma que se calcula que valían los enseres a los que afectó el fuego.

La sentencia es firme y contra la misma no cabe recurso alguno, dejó claro el tribunal.