El verano ya está instalado y el inicio del mes de julio abre, para la mayoría de murcianos, el periodo de vacaciones. Ahora no solo se trata de pensar dónde dejar a los hijos, de planear la escapada a la piscina o de aprovechar para hacer las chapuzas que se han ido dejando a lo largo del año y tomarse unos días de reposo, sino que, para muchos, es el momento de planear un buen viaje y lanzarse a la aventura.

Los cruceros se sitúan como una de las experiencias favoritas de los murcianos para viajar estos meses. Así lo reconoce Antonio Ríos, presidente de la asociación de Agencias de Viaje de la Región de Murcia, quien afirma que muchas personas optan por hacer este tipo de viajes porque suelen ofrecer «varios destinos distintos, por lo que el turista ve más de una ciudad o incluso varios países, como ocurre con los que navegan por el Mediterráneo». Así, las zonas del Caribe, Norte de Europa y, sobre todo, el arco Mediterráneo -Italia y las islas griegas- se conforman como destinos ideales para recorrer a bordo de un crucero.

Y es que subir en esos grandes barcos es una experiencia que va más allá de las propias paradas en las distintas ciudades del recorrido. Los mismos navíos poseen un gran atractivo para atraer a los viajeros: galas temáticas, tiendas, distintas piscinas, gastronomía, espectáculos y un amplio catálogo de actividades llenan las agendas de los días de navegación, lo que viene a enriquecer la experiencia de los viajeros.

Las cifras demuestran que este buen estado de salud de los cruceros que observa el presidente de las Agencias de Viaje de la Región es real. Según la delegación española de Cruise Line International Association (CLIA), Europa constituye el segundo destino más popular de cruceros, solo por detrás del Caribe. El estudio muestra que 6,12 millones de pasajeros embarcaron en cruceros desde los puertos europeos en 2015, un 4,5% más que el año anterior.

Sin perfil de viajero definido

El crucero no es ni para ricos ni para familias. En contra de lo que ocurría al principio del boom de estos viajes, cualquier persona contrata este tipo de experiencias, si bien «suelen ser parejas en viaje de novios, grupos de amigos o familias» los que más apuestan por esta forma de viajar, expone Antonio Ríos.

A ello ha contribuido el descenso de los precios de los pasajes que se ha producido «por el aumento de la competencia entre las distintas compañías» y que ha convertido el crucero en una opción asequible y posible para muchos bolsillos.

Otro tipo de contratista que identifica Ríos son las grandes empresas: «Utilizan el crucero como premio o aliciente para sus trabajadores cuando consiguen algún objetivo en sus puestos que haya sido marcado por los jefes», cuenta.