El dolor, en mayor o menor medida, forma parte de nuestro ser. Pero una cosa es el dolor esporádico, que viene y va, y otra el dolor crónico e invalidante, consecuencia de una enfermedad, y que no te abandona. Tratar este tipo de molestias forma parte del día a día de los facultativos adscritos a las cuatro Unidades del Dolor de los hospitales de la Región, y que hacen todo lo posible para que la dolencia tenga remedio, siempre, con recursos limitados. Actualmente, se calcula que entre un 10 y un 15% de la población tiene dolor crónico y sus edades varían de los 40 a los 70 años, la mayoría de las cuales son mujeres, según los datos que manejan en la Unidad del Dolor del hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia.

En este centro hay tres doctores en la Unidad del Dolor -Antonio Mendoza, José Miguel Alfaro y Maria del Mar Hernández- y un enfermero, que pasan tres consultas semanales desde las que atienden a más de sesenta personas. Especialistas en Anestesia y Reanimación y Terapia del Dolor, los doctores también atienden a aquellos pacientes que tienen que pasar por quirófano para que se les implanten los mecanismos contra el dolor que más se adecúen a sus patologías. Además de los pacientes que 'les toca' es muy habitual que reciban a personas derivadas de otras consultas o especialistas, lo que ha llevado a que las listas de espera se disparen y que, en la Arrixaca ya estén en los ocho meses para casos enviados desde Atención Primaria, apunta el doctor Mendoza.

«Necesitamos más gente, pero como en todos los servicios del hospital», destaca el jefe del servicio de Anestesia y Reanimación de la Arrixaca, del cual depende la Unidad del Dolor, Francisco Acosta. La ampliación de los días de consulta es una de las prioridades, para pasar de tres a cinco a la semana, es decir, una diaria para descongestionar el servicio.

Sólo un tercio de los pacientes que se suelen ver en las consultas acuden por primera vez, por lo que «ayudaría mucho a reducir las listas de espera la colaboración con Atención Primaria», apunta Acosta, quien deja claro que los médicos de familia están «perfectamente capacitados» para dar las recetas y llevar las consultas de seguimiento: «Muchos sólo vienen a por la medicación».

Este apoyo de los médicos generalistas permitiría 'filtrar' los dos primeros de los cuatro escalones de atención a los pacientes con dolor crónico. «Nosotros nos quedaríamos con los casos más graves en los que tengan que incluirse tratamientos como los opiáceos o que incluya el quirófano», señala el doctor Antonio Mendoza.

Descentralización

En esa línea se enmarca la descentralización del servicio, con lo que la Arrixaca ha dejado de ser centro de referencia. Actualmente, tienen una Unidad del Dolor también los hospitales Morales Meseguer y Reina Sofía de Murcia y el Santa Lucía de Cartagena.

Además, el resto de los hospitales de la Región tienen consultas específicas del dolor, según explican fuentes de la consejería de Sanidad.

El doctor Acosta subraya además que la mayoría de los especialistas que están en otros hospitales se han formado en la Arrixaca, con lo que «conocen perfectamente cómo trabajamos; aquí sólo deberíamos tener los casos verdaderamente complicados».

Lamenta que «ahora mismo estamos muy limitados; vamos al límite» y estas «ineficiencias del sistema» hay que cambiarlas.

Los facultativos lamentan que su Unidad se haya convertido en un «saco sin fondo», en «una estación términi» donde llegan los pacientes que no quieren tratar en otros servicios.

Avances

Pese a todo, las unidades del dolor están dando importantes pasos en los tratamientos . «Se están utilizando alternativas terapéuticas con resultados escandalosamente buenos», subraya el doctor Mendoza, quien se congratula de tener «un ejército de enfermos con los peores dolores posibles» a los que pueden ofrecer todos los los tratamientos novedosos y que ya se aplican en otros lugares y que no tienen efectos secundarios. «Nos da una experiencia y una visión muy amplia de lo que funciona y lo que no en casos realmente terribles», añade.

El caso de la fibromialgia merece una menciona aparte. Se trata de un trastorno que causa dolores musculares y fatiga (cansancio). Las personas con fibromialgia tienen dolor y sensibilidad en todo el cuerpo y para estos pacientes hay pocas terapias específicas. Actualmente, se está avanzando en el tratamiento de los síntomas que produce, explica el doctor Mendoza. «Algunas de mis pacientes están diagnosticadas con fibromialgia pero tienen otras patologías y al tratar estas últimas, mejoran en la primera», comenta. «Pero no podemos decir que el tratamiento cura la fibromialgia, ójala fuera así», apunta. La fibromialgia la sufren sobre todo las mujeres, en una proporción de de 10 a 2, con respecto a los hombres.

Lo que sí tienen claro los doctores es que esta especialidad tiene por delante un futuro muy abierto. «La sociedad aguanta cada vez menos el dolor y tal vez haya que detenerse un poco más en la prevención», concluyen los facultativos.