El Fórum de Política Feminista de Murcia, constituido recientemente en la Región como nodo del Forum de Política Feminista Estatal (1985) tiene como principal objetivo debatir sobre las políticas públicas que tienen incidencia en la igualdad de género para construir pensamiento y procurar el avance de nuestra sociedad. El Fórum se estrena con una mesa redonda en la que participarán varios políticos. Sobre esto hablamos con su presidenta, Gloria Alarcón, profesora de Economía Aplicada en la Universidad de Murcia.

¿Qué le piden a los partidos políticos?

Muy sencillo. Cuando hagan su cometido, sus políticas públicas, que tengan en cuenta nuestras consideraciones y opiniones. No por ser egocéntricas, sino porque nuestro cometido, como asociación, es velar, luchar y proponer acciones políticas para que la igualdad de género sea una realidad.

¿Qué no están haciendo los políticos por conseguir esa igualdad de género?

No se implican. Vemos como durante un periodo importante de la historia contemporánea de España, la igualdad era un objetivo a conseguir, y sí, se han hecho muchos avances como, por ejemplo, la ley contra la violencia de género -copiada y aplaudida-, pero la violencia de género es solo la punta del iceberg. Nos han hecho creer que la igualdad ya se ha conseguido y eso es mentira. No es real, basta mirar los datos y, repito, es solo la punta del iceberg, ya que hay muchas cosas que no se ven.

¿Qué es lo que no se ve?

Lo más visible son los casos de violencia machista, que es la consecuencia de la desigualdad enorme que existe. ¿Lo que no se ve? Muchas cosas, por ejemplo, la brecha salarial, un problema que se da incluso en la Administración pública y es algo que nos cuesta trabajo explicar. Nos preguntan «¿y cómo es posible, si hombres y mujeres entran realizando las mismas oposiciones?». Vale, entran de la misma manera, pero la diferencia comienza cuando hablamos de complementos, horas extras, etc. Y claro, también se dice «a mayor responsabilidad, mayor salario, ¿no?». Exacto, el problema es que la oportunidad para llegar a puestos de mayor responsabilidad no se le da a las mujeres y, si se les da, muchas tienen que rechazarla.

Se habla de avances en la conciliación familiar y laboral. ¿Qué hay de cierto en esto?

Todo está más normalizado. Es verdad que ahora los hombres son menos machistas y son más conscientes de que los hijos no son solo de las madres o los ancianos de las hijas. Sí hay un movimiento hacia la igualdad y los hombres comienzan a compartir tareas que hasta ahora eran típicamente femeninas. Pero, aun así, estamos muy lejos de las medidas de conciliación, éstas son anecdóticas.

Y ante esto, ¿qué se puede hacer?

Los políticos tienen que poner las bases. Igual que se quiere a unos ciudadanos sanos y para ello se crean hospitales o se forma y buscan profesionales cualificados, necesitamos unas políticas de igualdad para lograr una sociedad sana y con un bienestar equilibrado. Lo que ocurre es que en sociedades familistas como la española, los problemas de los ciudadanos se han considerado que son del ámbito privado.

El pasado sábado se celebró la marcha estatal contra la violencia de género. ¿Hay una solución para acabar con esta lacra?

Hay muchas violencias machistas y entre ellas está la violencia económica. Si la mujer depende del marido, lo mas probable es que no sean capaces de salir de sus casas. ¿Soluciones? A largo plazo sí las hay, si entendemos la igualdad como eje vertebrador de las políticas públicas. Por ejemplo, en las empresas. Al igual que se desarrolló una ley para prevenir riesgos laborales, la cual obliga a las empresas a realizar cursos de formación, toda empresa que quiera contratar con la Administración tendría que disponer de formación sobre igualdad para sus empleados. Por otro lado, hay que volver a las escuelas; debe haber una asignatura obligatoria -que se llame como quieran- relacionada con la igualdad, porque es un derecho humano.

¿Y a corto plazo?

El terrorismo, cuando fue una cuestión de Estado, hizo que el Gobierno pusiera guardaespaldas a todo aquel que estuviera amenazado. ¿Por qué no utilizar a esos mismos guardaespaldas para las mujeres amenazadas? ¿Por qué a los políticos se les protegió y a las mujeres amenazadas por la violencia machista no?