El encargado de hacer la lección inaugural en un día tan especial fue el catedrático José Carrión, que dedicó su discurso a hablar sobre 'Extinciones y Excepciones: el poder de la rareza en evolución'; una interesante presentación sobre cómo los humanos hemos ido evolucionando y sobreviviendo a las extinciones, gracias, en gran parte, a las mutaciones genéticas inesperadas.

Su lección se convirtió en un elogio de la 'rareza', de la diferencia en la sociedad. Y su exposición dio paso a la confesión de un proceso íntimo. «De acuerdo con los libros de neurología yo no debería estar hablando hoy», afirmó, para después explicar que sufría una enfermedad rara que le provocaba un espasmo facial incontrolado. Carrión contó cómo esa noticia le provocó otra 'rareza'; un espíritu de superación y constancia que ha hecho que su cerebro «haya reaprendido cómo hablar» incluso, bromeó, pronunciando la 's', «a pesar de que mi cerebro y yo somos naturales de Murcia».

Como después explicaría al rey durante el cóctel de celebración, conseguir estabilizar esta enfermedad le ha supuesto el desarrollo de una férrea voluntad para entrenar día a día a su cerebro con ejercicios.