Cuando está en la playa, Bruno se sumerge varias veces en el agua para refrescarse; no es un perro lazarillo como uno podría pensar a simple vista al verlo en la playa. Si nos fijamos bien, encontraremos en él (además de varias asas para cogerse) un arnés que lleva una anilla para poder elevarlo desde helicópteros; también lleva un sistema de flotación automático por si se diera el caso de que se quedara inconsciente. Y es que todo tiene que estar previsto en la vida de un perro salvavidas.

El verano ha transcurrido sin demasiadas incidencias para este can que, tras ser abandonado por sus dueños, ha entrado a formar parte del equipo de rescate de San Pedro del Pinatar. Un aliado infalible para rescates dentro del agua, ya que sus condiciones lo hacen inigualable.

Su enorme fuerza lo diferencia. De hecho, Bruno puede remolcar entre 1.500 y 2.000 kilos en el agua y nadar entre 4 y 5 kilómetros ininterrumpidos. Además, posee patas palmeadas similares a las de los patos y dos capas de pelo que lo hacen prácticamente impermeable; también posee un don innato de protección y amor al agua.

Bruno ha sido el primer perro socorrista de España y trabaja como ayudante de su dueño, David Álvarez. «Estamos luchando para que existan más perros de rescate, tal y como ya viene sucediendo en Francia o Italia, puesto que allí hace muchos años que están tratando con este tipo de animales», según añade su dueño y compañero de trabajo.

Pero, ¿un perro salvavidas nace o se hace? Según su dueño, un perro salvavidas se hace, aunque nace con unas características especiales innatas que lo dotan para hacer rescates en el agua.

Bruno es un perro especial, su raza terranova lo dota de unas cualidades únicas, ya que es innatamente bondadosa y muy protectora; por tanto, si el guía es capaz de enseñarle las instrucciones pertinentes, con un poco de paciencia se convertirá en un perro salvavidas.

Sobre el balance de este verano se puede decir que ha sido muy positivo. La aceptación y expectación eran muy altas, según explica David. «En este caso, además de hacer labores de vigilancia y prevención acuática, también se hacen labores de educación a los usuarios de las playas, para que vean a los animales como algo bueno. Creo que ha sido un verano muy completo».

Pero Bruno no es el único perro salvavidas. A raíz de que comenzara a trabajar de manera oficial, muchos socorristas y ayuntamientos se han visto interesados, pues tener este tipo de animales es muy positivo en muchísimos aspectos (como, por ejemplo, la concienciación de los usuarios en cuanto a la protección animal, debido a la gran cantidad de gente que se acerca a fotografiarse con el binomio 'socorrista-perro'; el socorrista puede dar consejos a los usuarios en cuanto a prevención en el baño y en la playa). Así se consigue que la gente se tome más en serio las labores de los socorristas y, en este punto, apunta su dueño que «aunque parezca mentira, suelen hacer más caso si vas con un perro de 70 kilos por la playa».

El adiestramiento fue relativamente rápido: Bruno con 7 meses ya estaba realizando rescates en el agua. Como todo entrenamiento de perros, se empieza por obediencia en tierra, y, a partir de ahí se comienza a compaginar entrenamiento en tierra y en agua.

El adiestramiento lo realiza de manera particular cada socorrista-guía, siempre llevando las instrucciones que se dan en los cursos que imparte el Grupo de Rescate Mare Nostrum.

Bruno es uno de los pocos perros de salvamento en España que tiene de los más altos niveles de adiestramiento en agua, no solo haciendo rescates cuerpo a cuerpo con el socorrista sino también labores de vigilancia, prevención y rescate casi desde cualquier medio acuático (motos de agua, embarcaciones, piragua, etc...) y, en breve, helicópteros de salvamento marítimo. Y, sin duda, es un buen amigo.