El magistrado lamenta que desde el Estado no se ha educado a la ciudadanía para llegar a ser jurado. «Se conserva como algo simbólico, dando tímido cumplimiento a la previsión constitucional», apunta.

Los juicios con jurado están de aniversario. ¿Qué primera reflexión se le ocurre?

El jurado siempre ha sido una institución cuestionada. Su inclusión se realizó sin debate y sin recibir el respaldo social y de la comunidad jurídica. Mi opinión no puede ser todo lo positiva que desearía. Son tan pocos y tan limitados los delitos en los que la ley prevé este procedimiento que difícilmente pueden proporcionar indicadores del sentir social. No obstante, en mi experiencia durante 15 años he comprobado que los fallos que finalmente han dado los jurados han coincidido casi en un 100% con el que un juez profesional habría sentenciado.

¿Cree que la población está preparada para cumplir con este cometido?

Los españoles no están familiarizados con esa Institución, ni está arraigada en nuestra tradición jurídica. No se percibe especial interés en los candidatos preseleccionados en participar en la institución. La inmensa mayoría lo viven como una carga administrativa, como la de formar parte de una mesa electoral. Se buscan excusas, se lamentan del entorpecimiento de sus quehaceres cotidianos... Solo un número muy limitado transmite ilusión por vivir la experiencia. No obstante, no deja de llamarme la atención el enorme interés y responsabilidad que ponen cuando intervienen como jurados y su gran preocupación por acertar en su cometido.

¿Cuáles son los mayores problemas que usted ha vivido en un juicio de estas características?

La conversión de los términos y tecnicismos jurídicos en palabras de uso corriente. Piénsese que es como dejar en manos de legos en medicina una operación quirúrgica a corazón abierto, bajo la dirección del médico-cirujano profesional, pero con autonomía para tomar ellos las decisiones.

¿Lo ve como una injerencia en las funciones de los jueces?

Mi relación con el juicio de jurado, ni amor ni odio; es un procedimiento más de los miles que pasan por tu mano cada año; como suelen ser largos, anhelo que no lo sean demasiado para no atrasar el resto de procedimientos.