Las propiedades del gusano de seda cada vez tienen más utilidad en el ámbito de la ciencia, y ya se las puede usar incluso para regenerar ligamentos, tendones y huesos humanos. En eso trabajan los investigadores del Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario Alimentario (IMIDA), según señaló ayer José Luis Cenis, coordinador del proyecto de investigación del centro regional sobre el gusano de seda.

«Tenemos un proyecto ahora para córneas artificiales, láminas de seda con la cuales las sembramos de seda. Además, con fibras de este material hacemos ligamentos y tendones, sembrados con células de los propios pacientes. También podemos hacer regeneración de hueso, siempre aprovechando las células del propio paciente», explicó ayer José Luis Cenis en Onda Regional.

Cenis estuvo ayer presente en la inauguración del laboratorio de bioproducción para biotecnología y biomédica del IMIDA, cuyo objetivo es seguir investigando en los beneficios que puede aportar para la salud y la biotecnología el gusano de seda. Las instalaciones fueron inauguradas por el presidente de la Comunidad, Ramón Luis Valcárcel, quien ensalzó la labor que realizan los investigadores de la Región de Murcia que desarrollan proyectos de investigación en el campo de la salud o la biotecnología. A Valcárcel le acompañaron el consejero de Agricultura y Agua, Antonio Cerdá, de cuyo departamento depende el centro de investigación, así como el director del IMIDA, Adrián Martínez.

El gusano de seda, aparte de su aplicación textil, «es una fuente de bioproductos para la producción de proteínas de la seda con efecto antioxidante y aplicaciones en cosmética, parafarmacia y alimentación, además de producción de biomateriales que sirven de soporte para cultivo de tejidos humanos utilizables en medicina regenerativa y en la producción de proteínas de aplicación terapéutica», señalaron fuentes del Gobierno regional.

El IMIDA trabaja desde 2006 en esta línea de investigación sobre el gusano de seda, incorporando técnicas novedosas y punteras en España, donde no existe en la actualidad ningún otro laboratorio, institución o entidad que realice ninguna actividad similar.

El centro inaugurado ayer dispone de una superficie de 1.600 metros cuadrados y consta de tres plantas. Para su construcción, se han invertido 2,1 millones de euros, cofinanciados en un 80% (1,6 millones de euros) por los fondos FEDER de la Unión Europea (UE), mientras que el 20% restante (420.000 euros) lo han aportado entre la Administración autonómica y la estatal.

La Región de Murcia tiene una vinculación especial con el mundo de la sericicultura. Esta actividad fue una de las bases de la economía regional durante los siglos XVI a XVIII. Tras la epidemia de Nosema bombicis, que arruinó la producción de seda en toda Europa en torno a 1850, sólo Murcia mantuvo esta industria en nuestro país, hasta una fecha tan reciente como 1976, en que la producción dejó de ser rentable frente a la competencia asiática.

El presidente de la Comunidad Autónoma, Ramón Luis Valcárcel, indicó que «el Gobierno regional sigue apostando por la investigación y la transferencia tecnológica a partir de centros como el IMIDA, todo un referente en España en cuanto a investigación agraria y agroalimentaria, como base para el desarrollo de conocimiento técnico y económico de la Región de Murcia».