­Mascar chicles de nicotina, someterse a sesiones de láser, tirar del cigarrillo electrónico o vestir los sujetadores suizos que repelen el olor del tabaco son algunas de las posibilidades a las que podrán agarrarse los fumadores para dejarlo o para compatibilizar su hábito con las nuevas restricciones. Cuatro años después de que los fumadores se vieran obligados a apagar sus cigarros en la puerta del trabajo, les toca ahora el turno a los locales de ocio.

Es un buen momento para abandonar una adicción que mata al año en España a más de 50.000 personas, según diversos estudios. Se tenga o no la voluntad para ello, las restricciones de la nueva ley obligarán a los enganchados a la nicotina a buscar soluciones para convivir con ellas sin perder los nervios. Los métodos de siempre se han visto complementados por los novedosos a los que contribuyen las nuevas tecnologías. Un grupo suizo de lencería ha ideado una medida cuanto menos llamativa: un sujetador que desprende un aroma a jazmín o a lavanda que hace que se pasen las ganas de fumar.

Hay que llevarlo puesto o bien acercarse mucho a la mujer que lo luzca para embriagarse con su olor. También como método de distracción, destaca el cigarrillo electrónico.