Los cerca de un millar de víctimas que el franquismo dejó en Murcia pudieron encontrar, en su mayoría, reposo en la tierra que les vio nacer. Pero hay otros miles que fueron condenados a larguísimas penas de cárcel, una pena que les llevó, en muchos casos, a ser trasladados a campos de concentración fuera de España, una ´suerte´ que también corrieron otros republicanos que, huyendo del franquismo, fueron apresados en Francia y otros países. En esos campos de concentración murieron centenares de murcianos y sólo unos pocos lograron sobrevivir.

Entre estos murcianos se encontraba José Egea Pujante, nacido en Aljucer el 27 de enero de 1921, el mismo día en el que, veinte años después, ingresaba en el campo de concentración nazi de Mauthausen, junto a su padre. Allí pasó cinco años de su vida hasta que, en la primavera de 1945, fue liberado. Egea quiso alistarse con los republicanos al inicio de la Guerra Civil española pero su padre se lo impidió. Sin embargo, en 1938, fue reclutado por el ejército republicano, a la edad de 17 años. Acabada la contienda, tuvo que exiliarse del país huyendo del franquismo. Fue a Francia y allí se unió al ejército francés durante la segunda Guerra Mundial. Fue apresado por soldados alemanes y terminó con sus huesos en el campo de Mauthausen.

Tras su liberación, volvió a España de manera clandestina y así vivió hasta la muerte de Franco. Con el tiempo se asentó en Zaragoza, en la localidad de Villamayor, donde pasó sus últimos días hasta su muerte, el pasado 18 de octubre, a los 89 años de edad.