QUÉ ES. Según la OMS, las mutilaciones sexuales femeninas designan todas las intervenciones que conllevan una ablación total o parcial de los órganos genitales externos de la mujer o toda otra mutilación de los órganos genitales externos que sean practicados por razones culturales y no con fines terapéuticos.

DÓNDE SE PRACTICA. La estimación del número total de mujeres actualmente vivas que han sufrido ablación en África es de entre 100 y 30 millones. La mayor parte de las niñas y mujeres que han sido víctimas de esta práctica viven en 28 países africanos, aunque algunas viven en Asia. Cada vez se dan más casos en Europa, Australia, Canadá y EE UU.

POR QUÉ SE MUTILA. Los motivos son múltiples: sexuales, para controlar la sexualidad femenina; sociológicos, como rito de iniciación de las niñas a la edad adulta; higiénicos y de salud, se cree que aumenta la fertilidad y hace el parto más seguro; y religiosos, debido a la creencia errónea de que la ablación genital es un precepto religioso.

CÓMO SE REALIZA. La mutilación la suelen practicar mujeres ancianas con experiencia, se hace con utensilios muy diversos como cuchillos, latas o cristales rotos. Posteriormente se ponen ungüentos, hierbas, leche o ceniza. En los casos en los que es necesario coser se utilizan espinas de acacia, colocando palos en las piernas de la menor para que al moverse no se clave las espinas y cicatrice la herida.

CONSECUENCIAS. Las niñas mutiladas padecen durante toda su vida problemas de salud física y mental irreversibles. Las consecuencias físicas pueden ser inmediatas o a largo plazo.