Querida alcaldesa, con el debido respeto:

Enhorabuena. Lleva usted casi diez días en el cargo y todavía no le han presentado una querella. No me extraña que, tal y como denunció esta semana en LA OPINIÓN el presidente de la Asociación de Promotores Inmobiliarios, José Hernández, los técnicos municipales se muestren remisos a firmar los proyectos urbanísticos que les exponen, por miedo a verse 'imputados' en los casos de corrupción que, cada vez con más asiduidad, están llegando a los tribunales.

Esta adicción que, últimamente, sufren todos ustedes (los políticos) de judicializar los desacuerdos que se van encontrando por el camino, en lugar de intentar negociar, pactar, o al menos, consensuar desenlaces menos drásticos, no solo está entorpeciendo, como señalaba el mencionado señor Hernández, «el desarrollo urbanístico y turístico» de nuestras costas, sino agotando la paciencia de todos nosotros (los administrados), hartos ya de tanta demanda, de tanto juicio y, sobre todo, de esa obsesión por poner el ventilador en marcha, en cuanto a uno le vienen mal dadas.

También esta semana he leído que el presidente del PP de Cartagena, Joaquín Segado, ha anunciado que interpondrá una querella por calumnias contra el exalcalde y actual concejal de Desarrollo Sostenible, José López por no retractarse de acusarlo de mentir sobre la hipoteca que suscribió para comprar su piso.

Claro que, siendo sincero, tampoco parece de recibo la excusa que presentó el atareado abogado (con este serían tres los casos judiciales en los que se ha visto involucrado el exalcalde en sólo dos años) del señor López: «Solo se hizo eco de algo que alguien le había contado» y que «se hablaba en los círculos políticos de la ciudad». Uno espera que los argumentos que utilice la primera autoridad municipal sean algo más sustanciosos que un simple chascarrillo o dar pábulo a las habladurías que corren por la ciudad.

Pero vuelvo con usted, alcaldesa, tengo que reconocerle cierta habilidad al intentar esquivar el marrón que le ha supuesto la situación judicial de su predecesor. Sobre todo después de que el juez haya desestimado el recurso que pedía el archivo del caso Peninsular en el que, según el auto, hay indicios de hasta cuatro delitos de corrupción.

Decía el pasado fin de semana que era ahora el señor López, el que debía mover ficha y que si usted se encontrase en su situación «sabría lo que tenía que hacer». Es más, según lo que pudimos leer en este periódico, invitaba a su primer teniente de alcalde a dar un paso atrás cuando dijo que la nueva estructura del Gobierno local, con un nuevo coordinador general de Desarrollo Sostenible, Jesús Giménez, y un director de Infraestructuras, Manuel Nicolás, «garantiza el normal funcionamiento del Ejecutivo», en caso de que López se apartara de su puesto y renunciara a sus competencias.

Una andanada lanzada directamente a la línea de flotación del exalcalde, aunque finalmente dejara todo en el aire a la espera de la declaración que hará el próximo lunes, en el Juzgado de Instrucción número 5.

Aseguraba usted que López «tiene muchas ganas de comparecer para aclarar el caso». Espero que le vaya mejor que a ese otro que también estaba deseando «declarar para aclarar» y que todavía anda por ahí, aclarando y aclarando, de juzgado en juzgado.