Princesas y marineros inundaron ayer las calles del centro histórico. Fue en la tradicional procesión del Corpus Christi, que se celebró como es acostumbrado en los templos de Santa Maria de Gracia y la basílica de la Caridad.

Dos escenarios distintos que sufrieron el mismo calor, sobre todo al inicio de sendas eucaristías a las seis y media de la tarde. En Santa María, el obispo fue el encargado de oficiar una misa que contó con la asistencia de autoridades políticas, militares y de las cuatro cofradías de la Semana Santa cartagenera; mientras que en el templo de la Patrona fueron los niños los protagonistas, ataviados con sus trajes de Primera Comunión y asistiendo a una eucaristía que sobrepasó la hora y media de duración. De hecho, algún niño vestido de Comunión tuvo que salir de la basílica por el agobio producido tanto por el calor como por el numeroso público que se congregó en torno a la iglesia.

Flores e imágenes

Tras las misas, las dos comitivas partieron en procesión hasta encontrarse en la plaza San Francisco, donde se unieron para continuar un recorrido que les llevó por los altares instalados en las calles del casco histórico, llenos de flores e imágenes -en la puerta de Santa María se colocaron las tallas del trono de la Santa Cena-. Este año, la procesión evitó la calle Mayor.