Los que somos usuarios de vehículo eléctrico y vivimos en Cartagena no nos queda otra que seguir sufriendo o pasarnos definitivamente, y de nuevo, al de los humos de toda la vida, entendiendo 'toda la vida' desde mediados del siglo pasado, porque fue en 1905 en Cartagena cuando el tranvía evolucionó y dejó de ser de tracción sangre para pasar a ser eléctrico directamente impulsado por la compañía belga 'Tramways de Carthagène'. En 1839 se construyó el primer vehículo eléctrico del mundo y en 1913, Thomas Edison paseaba campante en el suyo a pilas por Nueva Jersey, así que no crean que la cosa de los eléctricos es el futuro porque lo que realmente fueron es el verdadero pasado.

Quiso el dios del dinero y las petroleras, con sus arcángeles los políticos, que aquello se extinguiera y estemos hoy exactamente donde la especie humana merece estar. En 2015, en Noruega se matricularon 39.632 vehículos eléctricos, un 17% del total y en España 2.342 unidades entre 1.135.301 matriculaciones, un impresionante 0,2%. No debería este ser un tema para entrar en comparaciones, sobre todo porque no creo que dependa de injusticias de la CARM -que lo mismo sí- y no pretendo añadir más leña a fuegos que contaminen, pero si en el municipio de Murcia existen diecisiete puntos de carga, en Cartagena hay cinco, y de ellos sólo uno en un centro comercial.

El asunto de las renovables, sostenibles, o como quieran llamarlas, nunca nos sonrió en esta ciudad, que mientras nuestros vecinos tienen más de cincuenta estaciones de canje de bicis y un plan para alcanzar los 200 kms continuados de carril, los nuestros son más parecidos a carreras de obstáculos que a otra cosa y tenemos parado el Bicity desde 2011. Acabamos de conocer la magnífica noticia de que nuestro Ayuntamiento va a recuperarlo en dos años y no echaré yo la culpa del fracaso sólo a la Corporación municipal, sino más bien a nosotros, los cartageneros, que durante mucho tiempo pasamos por delante de las bicitys sin hacerles ni caso hasta que el mar acabó oxidando los bujes y las entrañas de aquel proyecto. Seguramente vuelva a pasar lo mismo, porque no crean que cambiamos demasiado.

En la cosa de los coches, nuestros vecinos empezaron en 2010 con la adquisición de las primeras unidades eléctricas e incluso la alcaldía de Murcia sustituyó en 2014 el vehículo híbrido utilizado para sus desplazamientos por uno completamente eléctrico. El pasado 7 de agosto la patrulla ecológica de la Policía Local de Murcia estrenaba su primera moto-bike eléctrica. Alguna vez he visto algún vehículo híbrido rodar aquí, conducido por nuestra Policía Local, aunque a fecha de hoy desconozco si queda alguno activo, pero viendo que en la presentación del pasado 7 de octubre, de los siete vehículos nuevos adquiridos por el Ayuntamiento y los dieciséis anunciados ninguno era ni eléctrico ni hibrido, uno se convence de que no es un tema importante para los de aquí.

Cierto es que hemos estado acostumbrados a vivir entre humaredas muchas décadas y ahora respirar sin toser se nos hace milagroso, aunque tal vez por eso y en justicia por tanto pulmón atosigado de sufrimiento, deberíamos ser más comprometidos. La última respuesta del Ayuntamiento a las solicitudes de usuarios pidiendo la implantación de puntos de recarga que ha caído en mis manos es de abril de 2015 y viene a decir que ni es gestor de cargas, ni ha recibido ninguna solicitud de empresas gestoras y remite al solicitante a la página de electromaps.com para consultar puntos. La actual Corporación llegó dos meses después de ese escrito y no tiene responsabilidad sobre aquella respuesta del PP de Barreiro, así que habrá que volver a solicitarlo al MC de López y que la fuerza silenciosa y limpia de los eléctricos nos acompañe.