El colegio de la Atalaya no tiene plazas suficientes para atender la demanda de solicitudes que ha registrado. En estos momentos hay pendientes de conseguir plaza en este centro, que tiene seis años de antigüedad, un total de 43 niños, según los datos facilitados por miembros de la comisión de escolarización de Infantil y Primaria, que, de momento, sólo ha asignado las plazas reservadas a escolares de educación especial.

El próximo 7 de junio, la comisión se volverá a reunir para analizar las solicitudes de reagrupación familiar, es decir, aquellas familias que tienen varios hijos y que quieren que todos cursen sus estudios en el mismo colegio y no en distintos centros.

En líneas generales, la comisión no ha detectado graves problemas en las solicitudes de los padres, excepto, en el citado caso. El colegio de la Atalaya cuenta con dos líneas de cero a tres años, con 25 plazas cada una, y ha recibido 93 solicitudes, lo que significa que hay 43 escolares que se quedarán sin plaza, confirmó ayer a esta Redacción la propia directora del centro, Rocío Quesada. Este centro tiene capacidad para 330 niños distribuidos en distintos grados hasta cuarto curso de Primaria. «Hemos recibido muchas solicitudes, pero no sólo porque el centro sea de los más nuevos, sino porque ofrecemos actividades extraescolares, servicio de comedor y tenemos un aula matinal, que comienza a las 7.30 horas, para los padres que entran a trabajar temprano y no tienen dónde dejar a los niños», argumentó.

Además, en el colegio Atalaya, al igual que el Virgen de Begoña, no utilizan libros. Los profesores basan sus clases en distintos manuales y no en uno solo, y además utilizan internet. Este nuevo método pedagógico también es valorado por los padres a la hora de elegir el colegio de sus hijos.

Por otra parte, también faltarán plazas en los siguientes centros: cuatro en el colegio Virgen del Carmen; dos en Maristas; seis en el Virgen de Begoña; diez en Ciudad Jardín; quince en el Vicente Ros de Ciudad Jardín; y diez en el colegio Miralmonte de Santa Ana.

Esto significa que los niños que se han quedado sin plaza en el centro que eligieron como primera opción, tendrán que redistribuirse en los colegios que señalaron como segunda y tercera opción en sus solicitudes de preinscripción.

En la citada comisión participan dos representantes de los directores de centros -uno público y uno de la concertada- dos profesores, dos inspectores de la consejería de Educación, técnicos de Servicios Sociales del Consistorio cartagenero, personal del gabinete pedagógico del Ayuntamiento, y un padre de la enseñanza concertada.