Reconoce que pensaba que sería oposición, «y ya ve, soy concejala de Hacienda». Isabel García (Fuente Álamo, 1977) ha cambiado el sector privado por el despacho con más quebraderos de cabeza del Ayuntamiento.

Después de estos primeros cien días, ¿qué se ha encontrado en los cajones?

El Ayuntamiento tiene una deuda de 150 millones de euros bancarios, más 30 ó 40 a proveedores y hay que hacerles frente. Hay cosas que van saliendo de esos cajones, pero estamos más preocupados, ahora mismo, por el trabajo del día a día que por lo que pueda salir de anteriores equipos de Gobierno.

Se hablaba en campaña de una auditoría, ¿cómo está este asunto?

Estuvimos viendo el encargar una auditoría externa, pero resultaba muy caro. De todas formas, una auditoría de números no la necesitamos, necesitamos una de gestión. Esa labor queremos que se haga desde Intervención municipal, que ya se está dotando de personal cualificado para ello. Ya están trabajando y se pueden ver los resultados, como el asunto de Casco Antiguo, por ejemplo, para citar un caso que seguro que el ciudadano conoce.

En el pleno de mañana contará con un papel protagonista en el debate de impuestos, ¿cómo cree que encajarán los ciudadanos una bajada inferior a la prometida en elecciones?

No se puede cumplir este año, pero nuestro compromiso sigue en pie -su partido prometió una bajada del 17% y sólo propone rebajarlos un 10%-. Lo que ocurre es que en el tiempo que llevamos en el Gobierno no hemos tenido tiempo para trabajar bien este asunto. No podemos bajar los ingresos, porque luego hay que cumplir con unos gastos; además de las cuestiones que han surgido, como los dos millones que hay que pagar por la sociedad Casco Antiguo o el Pabellón de Deportes, que tendremos que terminar de ponerlo en marcha? Son cosas que nos han impedido llevar a cabo nuestra promesa electoral, pero seguiremos trabajando en ello para cumplirlo cuanto antes.

El Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) no se ha tocado...

Estaba previsto que subiera al revisarse los valores catastrales, que han aumentado. Lo que hemos hecho ha sido congelarlo para que no suba. Nuestra intención es tratar de bajarlo cuando podamos, pero lo que está claro es que nunca lo subiremos. Ese es nuestro compromiso, pero tenemos que ser realistas y ver la relación de ingresos y gastos, porque van aparejadas.

La oposición hablaba de que los ingresos iban a bajar cerca de 1,7 millones de euros?

No va a ser tanto. La bajada está cuantificada en 1,3 millones de euros, más o menos. La idea fundamental es que con el impuesto de vehículos, por ejemplo, sabemos que muchos están tributando en otros municipios porque es bastante más barato. Lo que queremos es que esos vehículos tributen en Cartagena, que es donde deben hacerlo, y así amortiguar la posible bajada de ingresos. No obstante, también bajaremos los gastos en consonancia, para paliar esta cuestión.

¿En qué conceptos?

Hay gastos superfluos que se pueden reducir, así como contratos que se pueden agrupar y centralizar para sacar mejores precios. Por ejemplo, los gastos en material de oficina o informático deben estar centralizados. Actualmente hay concejalías que compran su propio material y seguro que nos saldrá más barato si compramos una gran partida para todos.

¿Puede avanzar algo de los presupuestos de 2016?

No podemos avanzar nada. Sí que es cierto que el apartado de inversiones va a ser muy pequeña porque está condicionada por el Gobierno central. Sobre proyectos, cuando se tengan aquellos que se deben poner en marcha será cuando debamos repartir ese dinero entre ellos. De todas formas, en materia de excavaciones y proyectos culturales, además de solicitar el 1% cultural, también queremos recurrir a financiación externa, de la empresa privada.