Un acto que cada año va cogiendo mayor entidad dentro del programa festero romano es el desembarco de las tropas navales del ejército de Escipión previo a la Batalla por la toma de Qart-Hadast. Y es que, se trata de uno de los elementos determinantes para que la balanza de la guerra entre púnicos y romanos por la ciudad se decantase para el Imperio -el dominio naval y la escasez de fuerzas de defensa en la ciudad fueron clave en la toma de la ciudad-.

Así, la legión de Cayo Lelio llegaba a la ciudad escasos minutos antes de su aparición en el campo de batalla. También el general Sexto Digicio aparecía en escena, aunque en este caso sin legión, ya que su grupo, la II Navalis, se escindió de la Federación de Tropas y Legiones antes de los festejos históricos por desavenencias con el Senado Romano en la repartición de recintos festeros abandonados por legiones que ya no participan en el Campamento festero, como Tribunos de Roma, Templo de Baco y Argentum.

No obstante, el acto volvió a brillar convocando a numeroso público que acudió al Puerto para ver a las legiones llegar a la ciudad por mar, uno de los aspectos más históricos de las Fiestas, ya que el ataque naval y por el Estero fue determinante para la victoria de Escipión y la rendición de la ciudad.

Una vez en tierra, las legiones comandadas por Cayo Lelio realizaron un pequeño pasacalles para acudir a la Cuesta del Batel, donde les aguardaba tomar protagonismo en el acto más histórico de los festejos y que este año ha cumplido la curiosa cifra de 2.222 años de historia.