Como si de un coche viejo se tratase, el ministerio de Defensa planea vender uno de los cuatro sumergibles que forman el arma submarina española, el S-72 ‘Siroco’. para evitarse el coste de una gran carena (reparación y sustitución de los equipos) y, con lo que obtenga, ayudar a financiar la construcción de la serie S-80.

Este es uno de los efectos de los recortes que el Gobierno está aplicando en todos sus departamentos a causa de la crisis económica, aunque para los socialistas no suponga en absoluto desmantelar el arma submarina. Así, aunque desde el ministerio de Defensa afirmaron ayer que no podían confirmar esta noticia, la diputada Sara García sí señaló que se trata de «un rumor» que se viene escuchando los últimos meses en el

ámbito parlamentario.

Según una información aparecida ayer en El País, el ministerio que dirige Carmen Chacón está pensando en deshacerse del ‘Siroco’, construido hace 28 años, para no gastar los 25 millones que supondría alagar su vida cinco años más. De llevarse a cabo esta medida, los astilleros de Navantia perderían una importante carga de trabajo, aunque según las fuentes citadas, para vender el sumergible, habría que modernizarlo antes, lo que se haría en la factoría naval.

Al parecer, Defensa ya está tanteando a países que carecen de arma submarina, como Tailandia, para poder venderles un sumergible de segunda mano.

Sara García explicó que la nueva estrategia del ministerio de Defensa sigue dos directrices: someterse a un fuerte ajuste presupuestario y, a la vez, mantener los niveles de transferencia tecnológica y puestos de empleo que genera la industria en este sector. Para ello, «una de las medidas sería vender el submarino, pero modernizado, con lo que no se perderían puestos de trabajo en Navantia. Además, se obtendrían unos fondos que servirían para financiar la nueva serie 80», según la diputada, quien considera que, de llevarse a cabo, esta medida sería una gran noticia para la ciudad. «Sería como vender un coche usado antes de comprar uno nuevo y evitar llevarlo al desguace», señaló a modo de ejemplo la diputada socialista, quien insistió en el binomio rentabilidad-puestos de trabajo que se establecería con la operación.

Respecto a las consecuencias que tendría reducir el número de sumergibles con los que cuenta España, todos con base en Cartagena, la diputada explicó que, según los cálculos de la Armada, con mantener dos operativos sería suficiente y se mantendría la capacidad de defensa del país. «No se trata de tener muchos submarinos, sino de mantener la capacidad», insistió.