La biblioteca de Benavente ha estado abarrotada en la última semana. La culpa no la tienen los estudiantes por haber suspendido, sino los exámenes por estar en septiembre.

Precisamente son las recuperaciones de asignaturas las que han hecho acabar con las sillas previstas, lo que obligó a habilitar otra sala, donde habitualmente se imparten las clases de la Universidad de la Experiencia, inhábiles en la época estival, según explicó la directora de la biblioteca, María José Pérez.

La anécdota refleja cuántos son los estudiantes que dejan para el final la preparación de asignaturas.

No es el caso de Lara Mañanes, que vive en Morales del Rey y acude en autobús hasta Benavente cada mañana para asistir a clases particulares. "Ya de paso, aprovecho el viaje, vengo a estudiar a la biblioteca y vuelvo en un autobús que me deja en casa para la hora de comer". Esta joven está en segundo de Bachillerato y, a parte de la asignatura de Matemáticas, debe enfrentarse a una nueva convocatoria de Prueba de Acceso a la Universidad, lo que comúnmente se denomina como Selectividad.

En el otro extremo de la sala se encuentra Carlos Villar, unos años mayor que Lara, acaba de terminar la carrera y empezó hace dos meses a estudiar oposiciones. El silencio y tranquilidad de la biblioteca le ayudan a concentrarse "mejor", según dice.

Ayer lunes, el número de asistentes bajó considerablemente, pues para la mayoría la suerte está echada y el esfuerzo del verano se verá en los próximos días, con la realización de los exámenes que hoy comienzan. También hoy martes, coincidiendo con el inicio del mes de septiembre, la biblioteca vuelve a su horario habitual y estará disponible al público también por las tardes, cuando ha cerrado durante los meses de julio y agosto por la escasez de usuarios, que prefieren acudir al río o las piscinas.

Los exámenes de recuperación se mezclan con el inicio de las clases en este mes post- vacacional para la mayoría de la gente.

Las dudas de última hora y las consultas a compañeros permiten ver a parejas susurrando en las mesas de la planta baja.

Todos piensan que segundas partes pueden ser buenas.