La octava temporada de La isla de las tentaciones ha llegado a su fin dejando tras de sí un sinfín de emociones, de revelaciones inesperadas y una sorpresa final que nadie veía venir: y es que todos los participantes se dejaron llevar por la tentación antes de alcanzar la hoguera final.
Sandra Barneda fue encargada de poner el broche de oro al programa y ofreció un discurso lleno de simbolismo y reflexión mientras se proyectaban los momentos más intensos del reality: "Sabían que sus vidas cambiarían, que el tiempo podía inventar nuevos sueños y quizá también un nuevo futuro".
La presentadora puso en valor el viaje emocional de las siete parejas, que llegaron sin saber lo que les esperaba y se encontraron con "un verdadero ejército con ganas de enamorarse". Esa "rebelión de la tentación" terminó por poner a prueba todos los vínculos, intensificando inseguridades, desconfianzas y también el sufrimiento.
Pero no todo fue ruptura y dolor. Algunos lograron vivir "la más dulce de las batallas", la que nace de los sentimientos genuinos. En palabras de Barneda, "despertaron algunos tan fuertes que resultaron ser por fin verdaderos". Y así, enfrentando sus emociones, llegaron a esa última hoguera, simbólica y definitiva, en la que, según la presentadora, "se desprendieron de todo lo que no les pertenecía".
Justo antes de despedirse por completo, Sandra lanzaba una última revelación para los fans del programa: “Aquí termina una nueva isla, la octava, la infinita. Gracias a ella por fin hemos aprendido que el amor manda, aunque no siempre juegue en el mismo bando que nosotros. Nos vemos muy pronto, pero eso sí, muy lejos para encender 'La isla de las tentaciones 9'. Gracias”.
Además, uno de los rostros más reconocidos de esta edición sorprendió con una confesión personal fuera del programa: "Soy padre de un niño que va a cumplir 8 años".