Pol recupera fuerzas física y anímicamente. Su padre comenta que "se ha dado cuenta de lo que ha hecho y quiere vivir". Desde el inicio del año sus padres lo encontraban triste y lo hablaron con él. Les confesó que no encontraba momentos de felicidad en su vida y que además unos chichos de clase le hacían "burlillas". Sus padres se lo comentaron a la tutora, pero el problema se quedó ahí, ni pasó a la dirección ni se tomó ninguna medida. Pol no aguantó más y se tiró de un cuarto piso. Afortunadamente se va a recuperar, aunque aún no se sabe si le quedarán secuelas. Los menores con trastornos del espectro autista son una diana facil para el acoso escolar, aproximadamente un 70 por ciento de los escolares con TEA lo sufren, según la Confederación Autismo España.