Un fuerte aguacero ha empapado el desfile militar de la Fiesta Nacional de España en Madrid, impidiendo parte de su desarrollo y atenuando también los ya acostumbrados abucheos al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. La lluvia ha llegado a ser tan intensa que durante unos minutos la ministra de Defensa, Margarita Robles, y Sánchez han dudado con el rey Felipe sobre la continuidad de la ceremonia. Pero la parada se ha celebrado finalmente, bajo la presidencia de Felipe VI la reina Letizia y la Princesa de Asturias, Leonor, y con la vuelta del president de la Generalitat.
Al desfile ha llegado Pedro Sánchez al límite de la hora fijada para su comienzo, las once, y lo ha vuelto a abuchear una facción del público con gritos de "corrupto" y "tirano", como cada año. En esta ocasión, pitidos e imprecaciones se han oído menos en la zona de autoridades, en la plaza de Neptuno. Ha contribuido la discreción con que, a pie, ha llegado el presidente, y también la distancia a la que se ha situado a un público algo más reducido este año, en parte disuadido por la lluvia.