Cae la noche y la lava ilumina Cumbre Vieja. Un mar de fuego, aparentemente en calma, pero que lo destruye todo. Una nueva boca eruptiva se abría a las 21:15 de ayer, después de un terremoto de magnitud 3,8. Ya son nueve bocas y ocho coladas de lava. Avanzan lentamente, a 300 metros por hora, hacia la costa, pero ya están a escasos kilómetros del mar y el contacto con el agua podría desencadenar gases tóxicos.