La nube de cenizas no está afectando al tráfico aéreo de momento. Los vuelos están operando con normalidad, todas las áreas del espacio aéreo están disponibles para los aviones y para todos los aeropuertos. Todo lo más que ocurre es que algunos de los vuelos que despegan o aterrizan en Tenerife tienen que desviar algo su ruta para evitar las cenizas. Las dimensiones de la nube permiten sortearla con facilidad por eso no ha sido necesario suspender el tráfico aéreo. La ceniza volcánica es un peligro para los aviones por los daños que puede causar en los motores. Las altas temperaturas pueden afectar también a los sensores que facilitan información a los pilotos. De momento, los vientos alisios de la zona están alejando ese peligro.