A las nueve de la noche se han repetido las caceroladas por varias ciudades españolas. En la gran mayoría de los casos sin respetar la distancia de seguridad. De hecho, en la calle Núñez de Balboa, donde comenzó el movimiento, cada día se congregan más manifestantes. A sus proclamas se han unido también ciudades como Oviedo, Salamanca o Logroño.