Se hace luz en ARCO, el arte vuelve a abrirse camino y las galerías se reencuentran con los compradores. Año y medio sobreviviendo a través de la compra a distancia, año y medio de creación en confinamiento. Pocos artistas se han contagiado de la pandemia; esa inspiración tardará. Muchas menos galerías, pasillos más amplios, distancias...y un cuadro histórico: el otro Guernica, el del vasco Agustín Ibarrola, escondido desde hace 40 años en su estudio esperando su momento.