"Que levante la mano quien tenga teléfono móvil". Con esta pregunta arranca la charla sobre ciberacoso en la clase de 5º B del colegio Martínez Montañés, en el barrio madrileño de Moratalaz. Quince niños, de un total de 26 alumnos de 10 y 11 años, alzan el brazo, sentados frente a sus pupitres verdes, para responder a Laura, la agente de Participación Ciudadana a la que ellos llaman "profe policía".