Salió del hospital con uniforme blanco de sanitaria y aparente normalidad, pero en una bolsa llevaba al recién nacido. Minutos antes había entrado en la habitación y había convencido a los padres de que debía llevárselo para hacerle unas pruebas. Confiaron en ella a pesar de que no es el procedimiento habitual. Cuando la familia sospechó porque tardaba demasiado en volver, dieron la voz de alarma. Ya no estaba en el recinto hospitalario. La localizaron en otro punto de la ciudad. Se había cambiado de ropa y ya llevaba al bebe bajo en brazos.