52 segundos de video, 4 determinantes, grabados antes de la violación. Once gamberros, el último, rubio, se tapa con la capucha. El vídeo acompaña la denuncia de vandalismo de un vecino. Los mossos que investigan la violación rebuscan en los incidentes de esa noche en Igualada. Ramón no se había fijado en el color del pelo y la actitud del que se pone la capucha. Los mossos sí. Tienen las cámaras de seguridad de esa noche, el recorrido, y tienen al mismo sospechoso en el video dela acto vandálico anterior. Pero no tiene nombre. Interrogan a los otros 10 gamberros menos a él. Solo lo conoce uno del grupo. El número de móvil coincide con uno de los enganchados a la antena más cercana a la violación. Así le pusieron nombre y apellidos. Después los seguimientos confirmaron todas las sospechas.